El Concello de Vigo ha anunciado este martes un proyecto en el que lleva trabajando varios meses en secreto. Se trata de la construcción de una gran área deportiva, con zonas verdes y de ocio, que dé servicio a los vecinos de Isaac Peral y el final de García Barbón. Esta nueva dotación pública se construirá en terrenos propiedad del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), que ha dado su visto bueno a la cesión de las parcelas.
Abel Caballero ha desvelado que ya ha mantenido tres reuniones con la presidenta del organismo, Isabel Pardo de Vera, para tratar este asunto y que la disposición del departamento dependiente del Ministerio de Fomento es buena porque “le da una utilización escasa” a ese suelo.
De hecho, ya existe un “acuerdo verbal” para buscar la fórmula jurídica que permita que Vigo se valga de estos terrenos para su propio disfrute. El Ayuntamiento aspira a obtener el “máximo” de espacio posible, hasta 30.000 metros cuadrados. En un primer momento se hará con 14.000 metros cuadrados -área delimitada en rojo en el plano-, los más fáciles de conseguir, pero con el paso del tiempo espera contar con el conjunto de la zona –área amarilla del plano-.
Esto se debe a que ADIF necesita tiempo para “ir acomodando” las operaciones que actualmente desempeña en esas parcelas, donde hay un aparcamiento de trenes. Además, algunas empresas de transporte se sirven de estos terrenos para desarrollar sus actividades mediante concesiones que expiran en un año o menos. Se trata de concesiones que, según el alcalde, son rescatables.
Así, tanto ADIF como estas compañías precisan reubicarse antes de completar la operación para que el Concello pueda disponer de ellas. El alcalde no ha concretado qué dotaciones habría en esta área deportiva pero ha mencionado “canchas de baloncesto o balonmano” y, en todo caso, actividades “al aire libre”.
Según argumentó, esta parte de Vigo adolece de este tipo de servicios a pesar de estar densamente poblada. Además, anticipándose a posibles demandas de otras administraciones, defendió que este lugar de la ciudad no puede albergar “actividades ruidosas o pesadas”, en alusión al Puerto de Vigo. “Tiene que ser una zona de transición y así se debe diseñar urbanísticamente”, alegó.