Lo que antes eran simples casetas de obra ahora son contenedores. Es algo que puede comprobarse en numerosas construcciones y, concretamente, en la plaza de la estación del tren de Urzaiz, de la ciudad de Vigo, que muestra la fotografía. El puerto de Vigo, en su terminal de contenedores, tiene un número considerable de estos enormes recipientes. Algunos han llegado y esperan ser trasladados por carretera o por tren hacia su destino final. Otros, en cambio, esperan su turno para ser cargados en algunos buques con destinos diferentes a través del mar. Sin embargo, lo más curioso, y que muchas personas desconocen, es que los contenedores se encuentran acumulados unos encima de otros formando calles y manzanas con la altura equivalente a edificios de muchos pisos. Téngase en cuenta que la altura de un contenedor viene a ser casi igual a la de un piso de una vivienda. Impresiona caminar por estas calles. Además, resulta muy peligroso debido a la circulación de los vehículos especializados. En algunos países, como Holanda, ya existen viviendas construidas con estos recipientes a los que se les adaptan ventanas y puertas. Incluso en las proximidades de la ciudad de Vigo existe alguna vivienda unifamiliar construida con estos bloques que se han pintado de vivos colores. Sin olvidar que ya existen empresas especializadas en la transformación de esos recipientes incluyéndoles ventanas, puertas y escaleras. Está claro que el mundo moderno busca soluciones prácticas a sus propios problemas.