Un punto es un punto. Una racha de cuatro partidos sin perder es oro en estos momentos. Eso pensaron los jugadores en Granada, que la ocasión para sumar no podía dejarse escapar. En un partido muy trabado y sin apenas ocasiones, el Celta suma con un nuevo pasito para la salvación en Granada.
A falta de lo que haga el Mallorca, los vigueses conservaron su portería y no arriesgaron. Valía la pena empatar en Los Cármenes ante uno de los conjuntos revelación. Al final se sufrió, también hubo opciones, bien es cierto que pocas. Dos victorias (Sevilla y Leganés) y dos empates (Real Madrid y Granada) se convierten ahora en una buena base para seguir peleando,
Óscar García renunció a la defensa de cinco que tan buen resultado le había dado fuera y arriesgó dando entrada a otro punta como Sisto. Consciente de que el Granada se iba a reservar jugadores para su vuelta de Copa de Rey, el técnico catalán optó por la versión ofensiva.
Los locales solo repitieron cinco nombres sobre la jornada anterior. Su cita en la semifinal copera marcó la alineación del vigués Diego Martínez. Guardó toda su dinamita y tan solo arriesgó con Soldado, que no puede jugar en la eliminatoria de Copa por sanción.
Dominio sin ocasiones
Desde el principio el Celta impuso su ritmo. Salida desde atrás con balón controlado y Rafinha como origen de todo. El hispano-brasileño es el dominador absoluto del juego celeste, por sus botas pasan todas las tiralíneas de área a área. Todas hasta llegar a Aspas en tres cuartos de ataque. Ahí, el objetivo siempre es dar el esférico en las mejores condiciones para que el moañés convierta el agua en vino.
El Granada amenazó a balón parado. En apenas unos minutos hasta cinco saques de esquina que rondaron la portería celeste, sin ocasiones claras pero con el miedo en el cuerpo. Tampoco estuvo el equipo vigués fino arriba. Amagó pero no golpeó.
No llegó el primer remate a puerta del Celta hasta la reanudación. Fue en una buena recuperación de Okay en el centro del campo y una cesión de Aspas para Sisto, que no logró superar a Rui Silva.
Expulsión de Herrera
El juego se embarulló hasta límites insospechados. Muchas faltas y muchos errores. La batalla era en el centro del campo y ahí el único que tenía licencia para darle a todo lo que se movía era Herrera. El árbitro le perdonó absolutamente todo, entre otras lindezas un golpe en la cara de Rafinha.
Un Sisto muy errático dejó su sitio a Brais. En el Granada, entró Machís, su hombre gol de las últimas jornadas. Y los locales fueron encerrando al Celta a base de presión. Los fallos en la salida del balón ayudaron mucho a los andaluces, que rozaron el gol en un cabezazo de Puertas que tocó los dos palos.
Beltrán estuvo especialmente desafortunado a la hora de dar claridad de ideas al equipo, sobre todo al ocupar la banda derecha como interior. Su puesto lo ocupó Pape. Todavía hubo tiempo para una ocasión del Celta, pero Rafinha no estuvo acertado.
Ya hacía muchos minutos que los vigueses consideraban bueno el punto. El empate en Granada suma a favor del Celta y aleja un poco (no mucho) el peligro. Cuatro partidos sin perder son un gran botín a estas alturas de la película. Ahora toca Getafe, sin Aspas, que vio su quinta amarilla.
Granada: Rui Silva; Foulquier, Vallejo, Duarte, Martínez; Eteki (min. 57, Azeez), Herrera, Fede Vico (min. 74, Machís); Vadillo (min. 62, Puertas), Koybasi, Soldado.
Celta: Rubén; Mallo, Murillo, Araújo, Olaza; Okay, Beltrán (min. 89, Pape), Rafinha; Sisto (min. 70, Brais Méndez), Aspas, Smolov (min. 56, Santi Mina).
Árbitro: Cuadra Fernández (Comité Balear). Mostró cartulinas amarillas a Araújo, Fede Vico, Sisto, Herrera, Aspas, Sergio y Soldado.
Incidencias: Jornada 26 de La Liga disputada en el estadio de Los Cármenes.