En plena cuarentena, la editorial Unrated Comics ha apostado por sacar al mercado una línea de cómics y, en concreto, se decanta por un formato que parecía en desuso: la grapa. En la época de los integrales, los tomos recopilatorios y las novelas gráficas, hay un editor lo bastante loco para vender cómics en grapa, que se continúan de un mes para el siguiente y forman una colección. Un verdadero cambio de rumbo para lo que estamos habituados y todo un acto de valentía. Pero no solo de nostalgia vive Unrated Comics, sino que además ha conquistado el mercado digital, con opción a compra en Lektu de todas sus publicaciones. Además, el contenido, como vamos a ver, es delicioso.
«Buffalo Bill y el último dragón» es un cómic de aventuras, a la vez clásico y moderno. Pertenece al género weird western, es decir, una historia del Oeste americano pero con elementos sobrenaturales. En este caso, la mezcla de seres de distintos universos sirve para crear una trama loca, enrevesada y muy divertida, cuya máxima aspiración es que pases un buen rato. Y desde luego, lo consigue.
«Corre el año 1890. El National Geographic, recién fundado, organiza una expedición al África Central para capturar al último dragón. Para dirigir la expedición, han contratado al reputado cazador Buffalo Bill, acompañado de Calamity Jane y un pequeño duende llamado Adam Wu. Pero no son los únicos: Inglaterra ha organizado una expedición paralela desde El Cairo, encabezada por Allan Quatermain, para ser ellos los primeros en capturar al dragón».
Este texto introductorio del cómic refleja a la perfección el espíritu de toda la obra: personajes reales se mezclan con otros inventados y con algunos provenientes de obras situadas en esa época —como Quatermain, de «Las minas del rey Salomón», o el héroe que asoma la cara en la última página de este primer número y que protagoniza la portada del segundo—.
La historia de Carlos Díaz Correia es puro desenfreno, con un Buffalo Bill desmitificado, una National Geographic que intenta localizar los restos de un dragón en el corazón de África, un elfo experto en armas pesadas, una periodista entrometida, un kraken, un olifante, aborígenes, hombres–tarántula y una tribu de simios muy especiales. Si con esto aún no he conseguido llamar tu atención, definitivamente este cómic no es para ti.
La parte gráfica está en manos de Francisco Maldonado —dibujo— y Carmen Cantero Díaz —color—, que inventan un mundo propio para esas locuras. Un estilo desenfadado, atractivo y muy dinámico, en el que los personajes están continuamente saltando, corriendo, disparando o enfadándose entre ellos —que también ocurre—. Que nadie busque aquí hiperrealismo ni ilustraciones desfasadas. Este es un cómic moderno al cien por cien, aunque transcurra en en 1890.
En definitiva, una buena historieta como las de siempre, con un formato clásico y un sistema de distribución habitual; pero a la vez moderna, rompedora, con acceso a compras digitales y un buen precio. La única pega es que se lee tan deprisa que no te dura prácticamente nada entre las manos.