Hasta cuatro agentes de la Unidad Medioambiental de Intervención Rural (UMIR) tuvieron que intervenir el pasado martes por la tarde en una vivienda de Matamá para liberar a una serpiente que se había quedado enganchada en el portalón de un garaje.
Fue el propio dueño de la casa el que alertó a la Policía Local de Vigo para que acudieran a su domicilio al haberse encontrado un reptil “de gran tamaño” que estaba atrapado en el mecanismo de cierre.
Se trataba de un ejemplar de culebra bastarda (‘malpolon monspessulanus’), una especie que no es venenosa. Mediante una “meticulosa y cuidada operación”, los agentes de la UMIR consiguieron retirarla y trasladarla posteriormente a su hábitat natural sin que sufriera daño alguno.
Los machos adultos de este tipo de serpientes pueden llegar a superar con facilidad los dos metros de longitud, aunque por lo general son de menor tamaño. No obstante, algunos ejemplares llegan a alcanzar excepcionalmente los 2,5 metros.