El edificio que preside la Praza do Rei s/n y alberga instalaciones y personal de nuestra casa consistorial ha sido un proyecto fallido desde sus comienzos. La actual casa del Concello no tiene padre conocido porque el proyecto fue firmado por la delegación del Colegio de Arquitectos y fue diseñado durante el mandato del alcalde Antonio Ramilo.
La primera piedra se puso el 19 de abril de 1972 y no se terminó de construir hasta cinco años más tarde, cuando la obra se había proyectado para finalizarla en 36 meses. Su presupuesto fue de 90 millones de pesetas pero se superaron los 300 millones.
El edificio estaba distribuido en dos sótanos, tres plantas y una torre de nueve alturas y se construía sobre la muralla del fuerte de San Sebastián en la falda del monte de El Castro. El proyecto, una vez construido, nunca fue bien acogido por la ciudadanía viguesa. Sólo había que subir a los miradores de O Castro para apreciar lo mucho que molestaba «aquella torre de nueve plantas».
Ahora el inquilino del edificio es Abel Caballero, alcalde que quiere subsanar las deficiencias históricas de nuestra ciudad, por lo que sería el momento adecuado para arreglar tal desaguisado.
Sabemos que en Vigo es difícil encontrar otra ubicación para el edificio consistorial, por lo cual es complicado sacarlo de donde está. Pero aun así el tema tendría arreglo, si bien hablando como un auténtico lego en materia arquitectónica pero con el derecho de opinar que posee todo ciudadano. El que suscribe propondría un concurso de ideas pero con algunas premisas previas:
1. Derribar la torre
2. Incluir el espacio de la torre en las nuevas plantas necesarias a construir sin que volviera a ser un obstáculo visual
3. Actualizar y transformar el estilo de construcción
4. Conseguir una obra menos densa, quizá una construcción más ligera con acero y vidrio
5. Musealizar los restos del antiguo fuerte de San Sebastián con acceso independiente al del Concello
6. Convertir la «plaza dura» actual en un gran espacio verde
7. Comunicar directamente la nueva plaza con la ladera de O Castro
Es solamente una idea de lo que se podría hacer con el edificio-adefesio de nuestro Concello. Económicamente se podría financiar a un período mínimo de diez años con lo cual no sería especialmente gravoso para las arcas municipales.
Parece que el alcalde Caballero no está convencido de acometer dicho proyecto y da la impresión que no quiere lidiar ese toro. Haría mal don Abel en mirar para otro lado. Si él no lo hace tendremos adefesio para décadas y la ciudad no se lo merecería.