Las islas Cíes registraron este sábado su primer lleno de la temporada con el cupo de 1.800 personas agotado con más de un día de antelación. Una situación que finalmente también se acabaría dando el domingo, aunque sólo unas horas antes. Ese primer día con el aforo completo obligó a la Policía Local de Vigo a intervenir para controlar el flujo de gente en la playa de Nuestra Señora.
Según ha informado el cuerpo municipal este lunes, agentes adscritos al servicio que cada verano se presta en el archipiélago comprobaron en torno a las 11.45 horas que los visitantes accedían a la arena “de manera descontrolada”, con lo que corrían riesgo de exceder el aforo y no garantizar la distancia de seguridad.
Además, al subir la marea, se iba a estrechar el espacio útil de la playa, con lo que la situación se agravaría. Por ese motivo, los policías, con el apoyo de dos miembros de Protección Civil, “impidieron el acceso a la playa a las numerosas personas que llegaban hasta el lugar”. Este control de aforo se prolongó hasta las 13:30 horas, momento en el que apenas quedaba una hora y media para la bajamar y “ya se disponía de sitio en el arenal para que se pudiera instalar la gente”.
“A esas horas ya no era mucha la gente que llegaba hasta allí, pues las avalanchas más importantes de personas procedentes de los barcos ya habían pasado, estando cerca la hora de comer”, explica la Policía Local en un comunicado.
Con todo, no acabaron ahí las labores de los agentes que, entre las 18:30 y las 20:50 horas, tuvieron que acudir en la zona de Rodas con motivo de una “nueva aglomeración masiva” de personas que estaban pendientes de embarcar, algunas de las cuales “no llevaban puestas las mascarillas”.
Así, los agentes dieron la orden a todas de que se las pusieran al ser imposible mantener la distancia social. “Se añadió la adversa circunstancia de que se averió uno de los barcos y los usuarios se aglomeraron en varias colas, teniendo que ejercer la labor de mantenimiento del orden”, relata el cuerpo municipal.
Ayuda a un joven
La jornada del sábado fue especialmente movida para los agentes, ya que también fueron requeridos para auxiliar a un joven que se encontró mal en el interior del restaurante Rodas.
El hombre estaba sentado y ligeramente mareado porque, según sospechaba, le había de un bajón de glucosa, algo que ya le había pasado en anteriormente ocasiones.
Por ello, se tomó un refresco para estabilizarse mientras los policías avisaron a los sanitarios de la playa que estaban en ese momento esperando para embarcar. Estos evaluaron al joven –sin encontrarle nada importante- y le acompañaron hasta la cola, ya que se iba en el mismo barco que ellos.