Hace pocos días me fijé en un cartel atrasado que anunciaba la Mostra de Teatro Clásico de Lugo a celebrar entre el 6 y el 22 de marzo de este año, por lo que supongo que tuvo serios problemas para tener lugar por razones de todos conocidas.
Era un cartel atractivo que invitaba a leer las obras que componían «a mostra». Y al poco rato pensé que me gustaría que una muestra de teatro clásico se celebrara en Vigo.
Y ya puesto, le pregunté a la red de redes qué puesto ocuparía nuestra ciudad en un ranking que midiera la oferta cultural de las principales localidades españolas.
En esa búsqueda apareció una noticia al respecto en un conocido diario regional firmada por Jorge Lamas, cuyo titular era «La oferta cultural de Vigo se sitúa entre las peor valoradas de España».
Creí que el periodista estaba cargando demasiado las tintas sobre la cultura viguesa y me puse a leerlo con calma. En él se hacía referencia a un informe de la Fundación Contemporánea, la cual se ocupaba de valorar con detalle la cultura que ofrecían las principales ciudades españolas.
El artículo se podría resumir en una frase: «Vigo no tiene ninguna repercusión en el mapa cultural español». Como es lógico pensar busqué entonces ese informe de la citada fundación para poder beber en las fuentes del artículo.
En las primeras páginas del informe se podían leer las materias que tuvieron en cuenta para la realización del mismo: gastronomía, literatura, diseño, moda, fotografia, arquitectura, cine, artes plásticas, teatro, música clásica, contemporánea y popular, danza y videoarte.
En la valoración de la oferta cultural de las principales ciudades españolas en el informe se podía ver entre las diez primeras a Málaga, San Sebastián, Santander y Valladolid disputándole el terreno a las grandes del país.
Después de las diez primeras comprobé que Santiago estaba en el puesto 11 y La Coruña en el 17. Seguí con la vista la relación de ciudades y ví que Vigo no estaba entre las 20 primeras, y tampoco entre las 25 y tampoco entre las 30 primeras. Tuve que bajar el índice hasta el PUESTO 33 donde estaba nuestra ciudad empatada con Alicante y Sta. Cruz de Tenerife.
Por población, si no me equivoco, Vigo ocupa el puesto 13 en España y en cuanto al tema cultural debemos bajar 20 puestos más hasta ocupar nuestro sitio actual. La sensación que experimenté al ver este dato no fue muy agradable. ¿Cómo era posible que Vigo ocupase un lugar tan bajo en cuanto oferta cultural?
El problema ya no es que en el panorama cultural español no pintemos nada, sino que en el gallego tampoco. Como hemos visto santiagueses y coruñeses están muy por encima de nosotros y si vemos el ranking regional de las principales iniciativas culturales comprobamos que Vigo no figura en los 15 primeros puestos. En éstos se puede ver a Viveiro, Redondela, Carballo, Porriño, incluso una localidad tan pequeña como Folgoso do Caurel, pero Vigo no aparece.
Y si vemos el ranking nacional el resultado también es desolador. En la relación de 90 equipamientos e iniciativas culturales del país no aparecemos por ningún lado. En ella se puede ver el Festival de Teatro de Mérida, el Festival de Cine de Málaga y varios de sus 40 museos, el Museo de AR.CO. de León, la Semana Negra de Gijón, la Seminci de Valladolid o el Festival de Jazz de Vitoria. La única ciudad gallega que figura en esta relación es Santiago de Compostela en el puesto 66 con el Centro Galego de Arte Contemporáneo.
Y entonces ¿qué pasa con Vigo? Pues en primer lugar tenemos que ser conscientes que no somos nadie en la panorama cultural español y tampoco en el gallego, pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Está claro que lo hemos tenido que hacer muy mal estos últimos años para ser tan irrelevantes culturalmente. Nuestro museo MARCO en 2016 ocupaba el puesto nº 4 en cuanto a iniciativas culturales de Galicia. La directora del museo, Agar Ledo desde 2006, abandonó el cargo en 2018 por no estar de acuerdo con el cambio de filosofía del mismo. Los resultados del cambio están a la vista.
En Vigo se celebró un gran festival de música culta denominado Are More que trajo grandes interpretes a nuestra ciudad, hasta que en 2010 se dejó de organizar parece que por falta de presupuesto.
Por otra parte el «marco incomparable» vigués de Castrelos languidece salvo unas pocas fechas durante el verano, para los conciertos musicales en los que el telonero es el propio alcalde y desde cuyo escenario arenga a sus fieles.
El auditorio al aire libre del parque vigués es un escenario que no poseen el resto de ciudades de Galicia, en él desde junio a septiembre se podrían organizar decenas de actos culturales. Desde la proyección de clásicos de cine, hasta la actuación de cantantes jóvenes de ópera, pasando por teatro clásico y todas las modalidades de música.
En cuanto a grandes equipamientos culturales se puede ver como otras ciudades, menos pobladas que la nuestra, han apostado por esta inversión como el centro Niemeyer de Avilés o el centro Botín de Santander.
Si pasan Vds, queridos conciudadanos, por el cruce de las calles Colón y Uruguay podrán ver un gran edificio en piedra, el Teatro Cine Fraga, propiedad de Abanca que permanece desde hace años.
Pero lo que diferencia a nuestra ciudad de otras es que a mitad de agosto nuestro Alcalde ya se hizo la foto con la instalación de las primeras luces de Navidad, cuatro meses antes de que se celebren.
Cuando todas esas luces estén a pleno rendimiento iluminarán nitidamente el páramo cultural en el que, tristemente, se ha convertido nuestra ciudad.