La Liga Asobal de balonmano será la primera competición de equipo en comenzar la temporada 2020-21 en España. Y uno de los primeros partidos que se disputarán será el Cangas-Bidasoa de este martes (21.30 horas). Ese encuentro supondrá en Galicia el regreso de la afición a las gradas después de que las autoridades sanitarias hayan permitido el acceso de público.
Así, O Gatañal volverá a abrir sus puertas para jugadores y seguidores, aunque lo hará con una limitación de aforo motivada por la Covid-19. Sólo podrán asistir 600 socios, que además deberán sentarse siempre en el mismo sitio. Una cantidad que apenas supone un 25% de las 2.500 personas que, según la página oficial del club, puede acoger el pabellón.
Entre las normas establecidas se encuentran las habituales: el uso obligatorio de la mascarillas, la aplicación de gel hidroalcohólico al entrar y salir de las instalaciones, la toma de temperatura a todas las personas que accedan al pabellón o la obligación de guardar la distancia de seguridad.
Pero habrá otras un poco más llamativas, como entregar una fotocopia del DNI con un número de teléfono anotado, no poder detenerse dentro del polideportivo hasta llegar a la butaca, esperar a recibir indicaciones para salir al término del partido o no poder comer en el recinto deportivo.
Esta ‘concesión’ de albergar espectadores ha sido bien recibida por el club cangués a pesar de que su propio presidente reconoció este lunes, en declaraciones a la TVG, que “o Gatañal non vai ser o Gatañal porque non vai haber ese calor da afección”. Manuel Camiña admite, no obstante, que se deberán extremar las precauciones porque la aparición de algún caso o, peor aún, de un brote significaría el fin de la competición con público hasta nuevo aviso.