Un poco de historia
En los años 50 algunos directivos de la empresa viguesa M.A.R. (Motopesqueros de Altura Reunidos, S.A.), con Javier Sensat a la cabeza, habían comenzado a recorrer los puertos europeos que pudiesen ofrecer innovaciones en temas de pesca industrial. Así conocieron el funcionamiento de un arrastrero congelador británico y los primeros buques-factoría rusos.
Esta información también llegó al industrial José Fernández López que enseguida propuso a Gaspar Massó y a Javier Sensat la creación de una sociedad para la explotación de barcos congeladores. No llegaron a un acuerdo y el industrial lucense en 1960 creyó llegado el momento de abordar su empresa pesquera.
Así nace la empresa Pescanova en Vigo el 23 de junio de 1960. El primer consejo de administración estaba formado por José Fernández López presidente, Valentín Paz Andrade, vicepresidente, Carlos Barreras, secretario y Alvaro Gil Varela como vocal.
José Fernández buscó al mejor asesor de que podía disponer en aquellos momentos, Valentín Paz Andrade, un gran abogado especializado en temas de pesca. En aquel momento Paz Andrade ya era asesor de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (F.A.O.) dependiente de la ONU y solía dar conferencias en casi todos los paises de la América hispana.
Una vez constituida la empresa los directivos de Pescanova encargan a Alejandro Barreras de Astilleros y Construcciones, S.A. (Ascón, S.A.) dos buques congeladores, el Lemos y el Andrade para explotar la pesca de merluza en aguas de Argentina y Sudáfrica.
Así el nuevo congelador Lemos zarpó de Vigo el 8 de septiembre de 1961 con rumbo al hemisferio sur, donde estuvo faenando a la altura de Bahía Blanca en Brasil y a 200 millas al este del norte de Argentina. La especie capturada fue Merlucius hubbsi en una cantidad de 240 Tm en 20 dias.
La llegada del Lemos a Vigo fue un auténtico acontecimiento en el mundo pesquero a nivel nacional. El pescado fue descargado y almacenado en las cámaras frigoríficas de la empresa. Las pruebas de calidad fueron totalmente satisfactorias y el mercado aceptó el nuevo producto después de unas acertadas campañas publicitarias realizadas por la empresa.
Por su parte el Andrade se dirigió a aguas de la República Sudafricana, aguas a las que no alcanzó ya que al llegar a la altura de Namibia comenzó a largar el aparejo, siendo la pesca tan abundante que en pocos días pudo llenar sus bodegas y volver a Vigo.
Posteriormente Pescanova continuó armando barcos que han faenado en todos los mares del mundo hasta convertirse, diez años después de su creación, en una de las 100 empresas mayores de España y la primera compañía pesquera de Europa. Unos años más tarde Pescanova se situó como una de las grandes compañías transnacionales en el sector de la alimentación, sector que ayudó a revolucionar.
Pescanova en la prensa nacional
Hace pocas fechas la misma empresa fue noticia en los medios de toda España, ya que la Audiencia Nacional condenaba al expresidente de Pescanova Manuel Fernández de Sousa-Faro a ocho años de cárcel por falsedad documental, estafa, falseamiento de cuentas anuales y de información económica y financiera y alzamiento de bienes.
El señor Fernández de Sousa declaraba en 2012 una cuenta de resultados de 36 M€ de beneficios y una deuda de poco más de 1.000 M€, cuando la realidad decía que las pérdidas eran de casi 800 M€ y la deuda acumulada era de 3.600 M€.
En el fallo de la A.N. se prueba que los delitos perpretados por D. Manuel se repartieron en tres fases:
En la primera se produjo «la creación de las formas ilegales de financiación y la creación ficticia de una serie de operaciones comerciales de compraventa».
En la segunda fase se produjo el delito de estafa en el que «los engañados eran los bancos a través de facturas vinculadas a inexistentes contratos de compraventa de pescado».
Y por último en la parte final del proceso se trataba de decorar las cuentas anuales con supuestos beneficios y poca deuda financiera para atraer la financiación de nuevos inversores.
Para que se entienda fácil el presidente Fernández de Sousa mantuvo la farsa económica de su empresa «engañando durante cuatro años a socios, accionistas, analistas, bancos, inversores y reguladores». En palabras del fiscal: «Para salvar la empresa eligieron el camino delictivo»
Evolución de los problemas financieros
En 2009, con la crisis financiera mundial, fue cuando las cuentas de la empresa comenzaron a no cuadrar. Pescanova empezó a sufrir las bajadas del consumo unido a las pérdidas de las filiales de acuicultura de la compañía.
Pescanova, en este sentido, había abierto empresas dedicadas a la acuicultura en Centroamérica y Ecuador para la cría de langostino, en Chile para producir salmón y en Portugal con una macroplanta de rodaballo en la localidad de Mira, cerca de Coimbra.
En ese momento si Fernández fuera un empresario parecido a su padre, en lugar de emprender una huida hacia adelante, hubiera hecho una reconversión en la empresa cerrando las plantas que daban pérdidas reduciendo las inversiones en acuicultura y saneando la cuenta de resultados.
Personalidad de Fernández de Sousa
En el C.V. se comprueba que Manuel Fernández de Sousa es licenciado en física y matemáticas, lo que habla de que siempre le gustaron los números y los teoremas. Los que lo conocen hablan de un hombre inteligente, tímido, cerrado, frío y calculador. Y con poco interés en ganar dinero.
Aunque practica la vela y gusta del ambiente hípico, además de coleccionar pinturas valiosas y antigüedades, su verdadera pasión ha sido su empresa. En la toma de decisiones es, por lo oído, implacable, con las cosas muy pensadas y cuando decidía algo nunca se volvía atrás.
Hombre de pocos amigos, sí tuvo una gran relación con Manuel Fraga cuya amistad ya venía de la época de su padre D. José Fernández López.
Mentalmente, la opinión de su entorno habla de que tiene un punto de paranoia y que «es tan desconfiado que se traduce en una cierta neurosis». Y algo que dice mucho de su personalidad es que un allegado cuenta que «nunca pude tener una conversación con él de cinco minutos sobre un libro o una película».
La honradez de sus progenitores
Si D. José Fernández López levantara la cabeza y pudiera ver lo que ha hecho su hijo Manuel con su empresa pesquera es posible que tuviera con él algo más que palabras.
Pero no quiero olvidarme del consejero delegado de Pescanova D. Alfonso Paz Andrade, al que la Audiencia le impone un año de cárcel por un delito de falseamiento de cuentas anuales.
Presuntamente (?) D. Alfonso había vendido 350.000 acciones de la compañía por un valor de 3,4 M€… un mes antes de que estallase la crisis. Alguien ducho en derecho penal podría pensar en este caso en un delito de uso de información relevante o privilegiada, pero el juez no lo estimó así.
Paz Andrade dirigió la compañía junto a Fernández de Sousa durante casi treinta años. Si el padre de Alfonso, D. Valentín Paz Andrade, también pudiera levantar la cabeza imagino que haría con su hijo lo mismo que D. José con el suyo.
En pocas líneas he querido trazar un esbozo de la forma en que acabaron dos de las más altas personalidades de la industria viguesa durante décadas. Al final la soberbia y no aceptar los propios errores conducirán probablemente a Manuel Fernández de Sousa-Faro a conocer algún penal de este país. Y a su consejero delegado Alfonso Paz Andrade a librarse de ese mal trago porque su condena no ha superado los dos años y un día.
Triste final para dos altos industriales vigueses. Sus padres, D. José y D. Valentín, seguro que se están revolviendo en sus tumbas.
Fuentes:
«Esplendor de príncipe, ocaso de heredero». Lara Graña. La Opinión de A Coruña
«La trama mafiosa de Sousa en Pescanova». Manuel del Pozo. Blog «Peón de dama»
«25 Empresas del Vigo de siempre». Fernando Torres Carbajo