Prometió tomar soluciones y no lo hizo, prometió fichar lo que hacía falta y tampoco, prometió formar por fin un equipo para su entrenador y más de lo mismo… Solo han pasado ocho jornadas de Liga y el proyecto de Carlos Mouriño ya naufraga. Se repite la historia de las últimas temporadas del Celta y esta vez va a hacer falta un milagro.
Los celtistas ya conocen esta historia, por desgracia. Ahora toca destitución de entrenador, parche con nuevo director técnico, dos fichajes en enero (a ver si llegamos con opciones de salvación) y otra vez a la rueda, como dirían Los Suaves.
Desde fuera es complicado saber por qué hubo tanto ruido en los últimos días entorno al entrenador, pero no es difícil adivinar que se preparaba el camino para ponerlo en la calle. Los resultados, evidentemente, son los que dictan sentencias y la Real Sociedad fue otra estocada para el banquillo céltico.
Ni siquiera la gran novedad del once, un Rubén Blanco recuperado de su lesión tras siete jornadas con Iván Villar en la portería del Celta, pudo salvar la goleada. Se cayó Olaza, hasta ahora intocable, y Óscar García regresó a la defensa de cuatro, con los canteranos Carreira y Fontán en los laterales. Por delante, doble pivote con Tapia y Beltrán, en bandas Denis y Baeza, con Nolito ejerciendo de delantero junto a Iago.
Nada funcionó. El balón fue de entrada para la Real y los dos novatos celestes pasaron graves apuros para contener a Barrenetxea y Oyarzábal durante todo el partido. El centro del campo naufragó ante el acoso realista. Además, costó sudor y lágrimas tocar balón para dar alguna posibilidad de llegada al paquete delantero.
La primera llegada clara al área acabó en gol. Otra subida por la banda de Barrenetxea y cabezazo impecable de Silva al palo largo y a la red. Golpe duro al mentón de un conjunto débil, tanto en el campo como en el banquillo y en el palco.
Las mejores ocasiones fueron del Celta, pero la falta de puntería volvió a ser el principal hándicap. Ni Nolito, ni Beltrán, ni Aspas… ninguno acertó. Y cuando mejor estaba, otro directo a la mandíbula. Dos regates sin oposición, un rebote y Oyarzábal hizo el segundo.
Solo habían transcurrido 35 minutos de la jornada 8 de La Liga y el fracaso de Carlos Mouriño -bastante más responsable que Óscar García- se repite. En el descanso, en busca de la remontada, saltaron Aidoo y Brais por Araújo y Baeza. De entrada, fuese por la diferente disposición, con Denis en el eje de creación, por el paso que dio atrás la Real, el Celta salió mejor plantado.
Pero no hubo ni opción. Murillo falló ante Portu y el tercer gol, este de Willian José, dejó todo liquidado. El resto, mejor ni comentar. Una imagen deplorable, errores infantiles en defensa y otra decisión arbitral incomprensible con un penalti inexistente que convirtió Aspas. Las próximas horas serán decisivas. Todo apunta a relevo inmediato en el banquillo. Suena Marcelino.
Celta: Rubén Blanco; Carreira, Araújo (min.45, Aidoo), Murillo, Fontán; Tapia, Beltrán (min.56, Santi Mina), Denis Suárez, Miguel Baeza (min.45, Brais), Nolito (min.66, Emre Mor) y Aspas.
Real Sociedad: Remiro; Gorosabel (min.65, Arambarri), Le Normand, Sagnan, Aihen; Silva (min.79, Roberto López), Zubimendi, Guridi (min.65, Guevara); Oyarzabal (min.45, Portu), Willian José y Barrenetxea.
Goles: 0-1, min.23: Silva cabecea a la red un centro de Barrenetxea; 0-2, min.34: Oyarzábal resuelve en el área pequeña; 0-3, min.54: Willian José a puerta vacía. 1-3, min.77: Iago Aspas, de penalti. 1-4, min.81: Willian José, a pase de Portu.
Árbitro: Cordero Vega (Comité Cántabro). Mostró cartulinas amarillas a Guridi, Fontán, David Silva, Zubimendi y Aihen. Expulsó a Fontán con roja directa.
Incidencias: Partido de la jornada 8 de La Liga disputado en el Estadio de Balaídos. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Rodrigo Arbones, expresidente celeste en la temporada 1979/80.