Los vigueses apretaron un poco más el pedal del acelerador de sus vehículos durante 2020, en el que la velocidad media a la que circularon los vehículos por las calles de la ciudad fue de 25,46 kilómetros por hora. Esto supone un aumento con respecto al registro de 2019, en el que los conductores transitaron por Vigo a un ritmo de 22,98 km/h. Esta es una de las conclusiones que se desprenden del estudio anual que evalúa la calidad del tráfico en la urbe olívica, que analiza 40 recorridos diferentes.
De esos itinerarios, 37 reflejaron una circulación “buena o muy buena” (el 92,5%), según el informe. Así pues, se mejoran los datos del año anterior, que se había cerrado con 34 rutas con esa calificación (84%). Las obras de la Gran Vía, que se prolongaron durante casi todo 2020, motivaron que dos de esos 40 trayectos -entre Urzaiz y la plaza de España- no obtuvieran una nota positiva.
El otro foco de atascos se localiza en el final de la avenida de Madrid, a la altura del seminario. En ese punto, que en realidad forma parte de la autovía A55, se detectó un “comportamiento complejo”, según reconoció este lunes el alcalde, Abel Caballero. El regidor vigués detalló que “hay horas” en las que se genera “un atasco” en esa zona. No obstante, se excusó alegando que esto “ya sucedía hace 20 años”.
Para el análisis de estos itinerarios, los técnicos municipales recopilan datos en los días laborables, entre as 08.00 y las 20.00 horas, a lo largo de todo el año y miden dos parámetros: la velocidad media en el conjunto del recorrido y la velocidad media registrada sólo cuando el vehículo está en movimiento. Cuanto más se aproximen ambos indicadores, mejor será la calidad de la circulación, ya que revelará un menor tiempo de parada por trayecto.