La firma de origen vigués PharmaMar ha anunciado este martes la publicación de un artículo de investigación en la revista científica Science sobre su fármaco Aplidin, titulado ‘Plitidepsin has potent preclinical efficacy against SARS-CoV-2 by targeting the host protein eEF1A’ (Plitidepsina tiene una potente eficacia preclínica contra el SARS-CoV-2 al dirigirse a la proteína del huésped eEF1A). El texto relata que “la actividad antiviral de plitidepsina contra el SARS-CoV-2 se produce mediante la inhibición de la conocida diana eEF1A” y añade que plitidepsina in vitro demostró una fuerte potencia antiviral, en comparación con otros antivirales contra el SARS-CoV-2, con una toxicidad limitada. En dos modelos animales diferentes de infección por SARS-CoV-2 el ensayo demostró la reducción de la replicación viral, lo que resultó en una disminución del 99% de las cargas virales en el pulmón de los animales tratados con plitidepsina.
El documento también afirma que, aunque la toxicidad es una preocupación en cualquier antiviral dirigido a una proteína de la célula humana, el perfil de seguridad de plitidepsina está bien establecido en humanos y, que las dosis bien toleradas de plitidepsina utilizadas en el ensayo clínico Covid-19, son significativamente más bajas que las utilizadas en estos experimentos.
La publicación concluye que el fármaco Aplidin actúa bloqueando la proteína eEF1A, presente en las células humanas, y que es utilizada por el SARS-CoV-2 para reproducirse e infectar a otras células. Este mecanismo culmina en una eficacia antiviral in vivo. “Creemos que nuestros datos y los resultados positivos iniciales del ensayo clínico de PharmaMar sugieren que la plitidepsina debería considerarse seriamente para ampliar los ensayos clínicos para el tratamiento de Covid-19”. Actualmente, PharmaMar está negociando con diferentes organismos reguladores el inicio de los ensayos de fase III previstos.
Esta publicación ha sido fruto de la colaboración entre PharmaMar y los laboratorios de Kris White, Adolfo García-Sastre y Thomas Zwaka, en los Departamentos de Microbiología y de Biología Celular, Regenerativa y del Desarrollo, en la Icahn School of Medicine; de Kevan Shokat y Nevan Krogan, en el Instituto de Biociencias Cuantitativas de la Universidad de California San Francisco, y de Marco Vignuzzi en el Instituto Pasteur de París.
Ante la continua propagación mundial de la enfermedad y la creciente desesperación por encontrar un tratamiento, el director del Instituto de Biociencias Cuantitativas (QBI) de la Universidad de California en San Francisco, Nevan Krogan, unió fuerzas con investigadores de la UCSF, el Instituto Gladstone, la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí, el Instituto Pasteur y el Instituto Médico Howard Hughes, en 2020 para contribuir con sus conocimientos a la búsqueda de un tratamiento para la creciente pandemia. Juntos, este grupo de investigadores, ahora conocido como QBI Coronavirus Research Group (QCRG), fueron los primeros en trazar un mapa exhaustivo del genoma de COVID-19 y descubrir que el virus interactúa con 332 proteínas de las células humanas. Estos investigadores constituyen el nexo de unión entre los experimentos citados en el artículo.
Kris M. White, profesor adjunto del Departamento de Microbiología de la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí, ha precisado además que el Aplidin tendría efectos incluso contra las mutaciones del coronavirus: “Plitidepsina es un inhibidor extremadamente potente del SARS-CoV-2, cuya principal ventaja es que se dirige a una proteína de las células humanas y no a una proteína del virus. Esto significa que si plitidepsina tiene éxito en el tratamiento del COVID-19, el virus del SARS-CoV-2 no podrá hacerse resistente frente al tratamiento mediante mutaciones, lo que representa una gran preocupación con la actual propagación de las nuevas variantes del Reino Unido y Sudáfrica”, señala.