Gastando pista o bajo la soberana palmera que presidía el local, miles de parejas viguesas se conocieron en un mítico salón de baile situado en Barreiro. Fundado a principios de los años 20 del siglo pasado, ‘La Palmera’ vio nacer matrimonios o llevó a la fama a sucesivas orquestas a lo largo de cien años. Y no sólo divirtió a varias generaciones, sino que se convirtió en un centro social, que llegó a acoger actos deportivos, mítines políticos e incluso momentos tristísimos, como el masivo homenaje en 1978 a las 27 víctimas del naufragio del pesquero Marbel en la ría de Vigo.
El primer propietario de La Palmera de Vigo fue el empresario Fernando Echegaray Villar, que abrió el inmenso local en el número 368 de la antigua carretera de Villacastín, hoy avenida de Ramón Nieto. La preceptiva licencia municipal fue extendida por el Ayuntamiento de Lavadores, que no sería anexionado a Vigo hasta 1940. Fue precisamente en ese año cuando el local es transferido a Augusto Echegaray Davila, para pasar a una tercera generación de la familia a partir de los años 60.
En ‘La Palmera’ todo estaba hecho a lo grande, como la enorme palma que presidía el negocio. Tenía tres pistas de baile: una al aire libre y dos cubiertas. En sucesivas, reformas terminaría teniendo una pista cubierta de 800 metros cuadrados, mientras que la exterior superaría los mil. Nunca le faltó de nada: amplio aparcamiento, cuidados baños, ropero, barras… y un escenario por el que pasaron las mejores orquestas de cada época, como la de Radio Vigo, Florida, Bastos, Los Magos de España o Sintonía. Además, en algunos momentos de su historia, la sala llegó a tener hasta seis músicos en plantilla, cobrando una nómina fija.
La foto que encabeza este reportaje muestra a una de estas orquestas dentro del recinto de La Palmera, retratados en 1935. La imagen la hemos localizado en el Archivo Llanos, que se conserva en Ribadavia.
La licencia de la sala, concedida por el Gobierno Civil de Pontevedra, autorizaba a La Palmera a abrir miércoles, jueves, domingos y festivos. Y durante décadas estaba obligada a cerrar a las 22.00 horas, siguiendo el Reglamento de Espectáculos Públicos. Fue, por lo tanto, durante mucho tiempo una sala de baile para acudir de tarde.
En una nota de su última reapertura, ya en el siglo XXI, leemos que siempre fue un gran éxito. Lo demuestra la recaudación de tributos del Gremio Fiscal Local de Salas de Bailes y Discotecas, que gravaba a las salas de fiestas con un 5 por ciento de la recaudación. ‘La Palmera’ era la que más pagaba de Vigo y toda la provincia de Pontevedra. En los años 40, entre sus principales competidoras estaban Las Cabañas, en Torrececedeira, y La Cruz Blanca, en O Calvario. A partir de los años 60, llegaría una explosión de estos recintos, con la colosal Nova Olimpia como emblema.
Pero La Palmera fue también una sala para la vida social, desde los bailes de fin de año a las fiestas de Reyes o Carnaval, además de ser alquilada para fiestas de colectivos como los empleados de Citroën o el club de fútbol Turista, que durante años celebraba allí sus asambleas. Con la llegada de la democracia, también llegó a acoger mítines políticos, cuando los partidos necesitaban contratar espacios amplios en campaña electoral.
Y no todo fueron fiestas, porque también se organizó allí el acto de homenaje a los 27 muertos en la catástrofe del buque congelador Marbel, cuyo motor explotó en la madrugada del 28 de enero de 1978 a la altura de Cabo Silleiro. El barco quedó a la deriva seis horas en pleno temporal con olas de ocho metros y vientos de más de cien kilómetros por hora. La tragedia conmovió a la ciudad de Vigo y en La Palmera se hizo el gran acto solidario: “Los fondos que se obtengan con el festival se canalizarán en ayudas de estudios para los hijos de las víctimas del naufragio”, comentaba El Pueblo Gallego en aquella jornada de recuerdo celebrada en el mes de marzo.
En 2011, La Palmera volvió a abrir sus puertas tras una fuerte remodelación a cargo del nuevo empresario, Jesús Guimarei. Y volvió a llenarse con sus sesiones de baile y sus orquestas en directo. En Vigo, en Barreiro, en Ramón Nieto, cumple un siglo el mito de La Palmera, que para muchos vigueses forma parte de su historia personal.
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