Dentro del mercado de la novela gráfica, la reciente adaptación de la novela de culto “Matadero Cinco” ha sido recibida como una de las más importantes adaptaciones al cómic de los últimos años. Albert Monteys, coautor de la misma, nos explica cómo surgió la posibilidad de realizar esta obra.
“Matadero Cinco” es una obra de culto publicada en 1969, una de las novelas de mayor renombre dentro del género de la ciencia ficción. Escrita por Kurt Vonnegut, se trata de una historia alucinante donde los encuentros en la tercera fase y la apertura de la conciencia cósmica (el protagonista conocerá los secretos de la existencia gracias a sus captores del espacio) se abrazan a un relato confesional, autobiográfico. El resultado es un exorcismo en forma de fábula sobre la experiencia del escritor como soldado en la Segunda Guerra Mundial, superviviente del bombardeo de Dresde. Con mucho humor y anti belicismo.
El libro (subtitulado “La cruzada de los niños”) es una narración no lineal y que se antojaba difícilmente trasladable a otro medio. Pero resulta que Albert Monteys y Ryan North logran una versión en cómic que, aunque se publicase en España (por Editorial Astiberri) en diciembre del año pasado, en apenas un mes logró encaramarse en casi toda lista de los mejores cómics del año.
Contactamos con el dibujante barcelonés, quien obra a obra se va despegando del aura de “autor de El Jueves” (revista que dirigió entre 2006 y 2011) para mostrarse poliédrico. Versatilidad que le ha llevado a trabajar en el mercado norteamericano, al que en origen pertenece este cómic. En esta charla el creador de “Tato, con moto y sin contrato” explica que la posibilidad de trabajar en esta adaptación surgió directamente de editorial estadounidense, Boom! Studios.
«Los herederos de Kurt Vonnegut querían adaptar su obra al cómic y el proyecto acabó en manos de Archaia, el sello de novela grafica de Boom. La editora de Archaia, Sierra Hahn, conocía mi trabajo y me escribió para ver si podía estar interesado. Lo que no sabía era que ‘Matadero Cinco’ es una de mis novelas favoritas. Pese a todo, yo no tenía claro que se pudiera adaptar una obra con una estructura tan particular al cómic. Me pasaron el guión de Ryan North y pude comprobar que había hecho un trabajo excelente, tratando la historia como si se contara en cómic antes que en ningún otro medio, usando el lenguaje de la historieta de un modo muy inteligente. Tuve que aceptar, claro«.
El constante despliegue de inventivos recursos de pura y gozosa historieta es uno de los rasgos definitorios de la adaptación. Sus autores han demostrado que trasladar al cómic equivale a reinventar el original sin traicionarlo, pero usando los recursos de otro medio narrativo (como ya en su día obras tan importantes como «La ciudad de cristal«, donde Paul Karasik y David Mazzucchelli adaptan el relato original de Paul Auster). Monteys nos habla del proceso creativo en «Matadero Cinco».
«Como te decía, cuando yo entré en el proyecto el guión esta atractivamente terminado, así que las funciones de cada uno quedaron bastante delimitadas. Pese a todo, el dibujante no se limita a ilustrar el guión, de manera que tuve siempre espacio para aportar ideas narrativas, siempre hablando con Ryan, con la editora y, en ocasiones, con los herederos de Vonnegut«.
Entonces, ¿ponemos laureles a Albert Monteys o a Ryan North? En el cómic las cosas no son tan sencillas como tú escribes la historia y yo la dibujo. «Siempre tengo la sensación de que se me atribuyen logros que en realidad son de Ryan, pero Ryan tiene la misma sensación, que ideas que aporté yo se las atribuyen a él. Lo cierto es que los dos nos involucramos mucho en el proyecto, queríamos hacer honor a una obra que nos importaba mucho«.
Si hay una verdad en la trayectoria del barcelonés, una constante autoral, es su querencia particular por el género futurista. Desde sus inicios, la ciencia ficción parece un hogar creativo al que Monteys vuelve una y otra vez: «De entrada la ciencia ficción es para mí un lugar cómodo, un espacio feliz en lo estético. Pero más allá de ese chute pop que me proporciona dibujar ciencia-ficción, me fascina el universo de ideas, de significados que salen de los relatos de ese género. La ciencia ficción parece tratar del futuro, pero en realidad habla de nosotros, de cómo nos vemos. Es un espacio muy elástico en el que cabe desde la fábula moral a la aventura pasando por el relato psicológico. Y si todo falla siempre nos queda el sentido de la maravilla. ¡Se aprovecha todo!«.
Y no parece que, como fan de la ciencia ficción, esté pensando en abandonarla, porque asegura tener todavía «algunas buenas ideas para mi serie ‘¡Universo!’ (publicada en España por Editorial Astiberi en 2018, pero nacido en plataforma digital internacional) y es lo que voy a hacer durante este próximo año. El primer volumen fue publicado en Estados Unidos en enero de este año y quiero ver qué tal funciona ahí. Luego, ya veremos, hay algunos proyectos sobre la mesa pero lo cierto es que después de estar casi 20 años haciendo humor, hasta el punto de llegar a un cierto agotamiento, ahora no me apetece encasillarme en nada. Que la vida me sorprenda es lo que busco en esta etapa de mi carrera«.
Ya he comentado del éxito crítico de “Matadero Cinco”, pero su singladura comercial es aún corta y no me resisto a preguntarle en este sentido, cómo está funcionando en ventas y aprecio del lector. Por lo que se ve, la novela gráfica «ha funcionado muy bien. Los lectores, tanto los que ya conocían a Vonnegut como los que no habían leído la novela original, han sido muy entusiastas y la primera edición se agotó en cuestión de semanas. Tengo la sensación de que el tema del Covid y el confinamiento ha activado al público lector. Leer, al fin y al cabo, es una de las actividades que uno puede hacer con poco escenario social. Los autores echamos mucho de menos las presentaciones, claro, pero es sobre todo para ver a colegas y lectores, y por las cervezas de después!«.
Buen tema para ir acabando la conversación. O mal tema… la crisis sanitaria que vivimos desde marzo de 2020 se siente en todas las esferas. También en el cómic, pero con matices según Monteys. «Creo que la crisis del sector cultural ha afectado de una manera mucho más acuciante al cine, el teatro o la música que al mundo del libro. Echamos de menos el contacto directo, las sesiones de firmas, los salones del cómic… pero los lectores siguen ahí, con más tiempo que nunca, me parece. Otro tema, de más largo recorrido, es cómo va a afectar todo lo que estamos viviendo a la ficción. Yo preveo una época con mucha obra de escapismo, tebeos luminosos para huir de la pochez imperante«.