Vigo era a la sazón capital de provincia, por primera vez en su historia, a favor de la política constitucionalista, que el pueblo vigués apoyó de manera decidida. No obstante, tal capitalidad no le fue conferida sino como consecuencia de una reforma administrativa general, por la cual desaparecieron las antiguas siete capitales del Reino de Galicia, quedando reducidas a las cuatro actuales.
Frente al nuevo sistema se levantaron numerosas partidas armadas de absolutistas, fermento y precedente de las que, años más tarde, seguirían a Don Carlos. El Jefe Político –cargo equivalente al de Gobernador Civil- de la provincia de Vigo publica un Aviso al Público, dando cuenta de la persecución y encuentro habido entre las tropas constitucionales y las del cabecilla Vázquez, apodado por los suyos “El Invencible de Cotobade”.
En dicho Aviso traslada un largo parte de don Manuel Aroche, comandante del batallón de Infantería de Burgos, donde no escasea la literatura ácida de aquellas tristes circunstancias, cuando el país ve iniciar la fratricida lucha de banderías, que mantendría, casi sin interrupción, durante más de cincuenta años.
Según esta información, la partida de Vázquez quedó descalabrada, pero el jefe pudo contarlo, y se anuncia que la persecución de la partida continúa. Mientras tanto, por estas cercanías merodeaba la facción absolutista de Pereyra, el cual, perseguido de cerca, hubo de refugiarse en Portugal, para hacer otra rápida incursión a principios de septiembre.
Tales escaramuzas dieron pretexto, bajo supuesto de un estado de guerra civil abierta, a la intervención extranjera. Morillo, el héroe de Vigo y Pontesampaio, a quien había sido encomendada la organización de las fuerzas gubernamentales de Galicia, capituló, mientras el Duque de Angulema, al frente de las tropas francesas, recorría España en un paseo militar. Con la llegada de “los cien mil hijos de San Luis”, el segundo intento liberal del siglo XIX en España, fracasó rotundamente, dejando al país dividido en dos bandos irreconciliables.
7 de marzo de 1823. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Ediciones Monterrey, 1960).