Se la llamó la ‘gripe del 18’, pero aquella pandemia duró tres años y no desapareció hasta 1921. Hasta cinco oleadas mortíferas se contaron en el mundo, sumando unos 40 millones de muertos, que algunos elevan a más de 100 millones. En Vigo, la más dramática fue la segunda ola de la pandemia, que apareció en el mes de agosto, tomando a todos por sorpresa. “Fue la más mortal y no contaban con ella”, explica el historiador Xoán Carlos Abad Gallego.
La mayoría de los 635 muertos en Vigo en aquella crisis sanitaria se registraron en la segunda ola. Pero parece que la historia se repite y, tras relajarse en las Navidades de 1918, llegó la tercera ola, a comienzos de 1919. “La gripe se daba por superada. Los cogió fuera de lugar… Y aún siguió más adelante, en el año 1919 con una tercera ola… y esto parece que es un clásico en todas estas crisis sanitarias”, afirma el autor de la más completa monografía sobre aquel desastre: “E o outono tinguiuse de loito. A gripe de 1918 nas terras de Vigo”, editada por el Instituto de Estudios Vigueses en 2010.
Y es que la crisis del coronavirus y la de la mal llamada ‘gripe española’ parecen repetirse un siglo más tarde. Y, en aquel momento, hubo también una cuarta ola que llegó a caballo entre 1919 y 1920. Incluso está documentado que un pasajero infectado que viajaba en un trasatlántico desde Vigo provocó un grave brote en la isla de Gran Canarias a comienzos de 1920.
“Hasta ahora, se está repitiendo el patrón de la gripe española”, afirma otro historiador, Antón Erkoreta, autor de “Una nueva historia de la gripe española. Paralelismos con la covid-19” (ed. Lamiñarra, 2020). “Hubo cinco oleadas en todo el mundo. Una primera de carácter leve, en primavera de 1918 que solo en algún caso, como Madrid, dio una tasa significativa de mortalidad”, explica el investigador. Hubo una segunda ola muy grave, entre septiembre y noviembre de 1918, en la que apareció el virulento subtipo A (H1N1) responsable de la mayoría de los 40 millones de muertos que causó esta pandemia.
Otra tercera ola muy larga y difusa, según los países, entre enero y mayo de 1919, sin cénit, como un goteo de infectados y fallecidos. Una cuarta en los cuatro primeros meses de 1920, también con un goteo de casos, de presentación leve pero muy alarmante porque afectó de una manera muy importante a la población infantil. En Europa terminó aquí, pero en otras partes del mundo (como algunas islas del Pacífico) hubo una quinta ola en 1921.
En Vigo y su área, la tercera ola de la pandemia se hizo notar durante meses, después de las navidades de 1918, en las que se relajaron las medidas de precaución. También pudo influir la llegada del invierno o una posible nueva mutación del virus que favoreciese los nuevos contagios ya en 1919. En este sentido, sigue habiendo debate en la comunidad científica. Pero, como destacó el biólogo vigués Antonio Figueras, del CSIC en Bouzas, “la tercera ola comenzó a principios de 1919, duró toda la primavera y causó incluso más casos de enfermedad aunque no fue tan mortal como la segunda”.
Pero quedaba todavía historia para este virus. Porque en el invierno de 1919 y al comienzo de 1920, la pandemia continuaba, aunque fue perdiendo virulencia hasta su desaparición en 1921. De hecho, no se volvió a tener noticia del H1N1 hasta que volvió a circular en los años 1980 e incluso provocó un conato de pandemia en 2009 que se quedó en 1,6 millones de personas afectadas y 300.000 muertos en el mundo según las cifras oficiales.
En los diarios gallegos de 1919 y 1920, seguimos encontrando noticias sobre brotes de gripe muy virulentos. En varias localidades gallegas. De hecho, en el Boletín Oficial de A Coruña de abril de 1920 se aportan los datos de fallecidos en la provincia en el mes de febrero de ese año. Y la gripe sigue siendo una de las principales causas de muerte.
Estadísticas de fallecidos
“En la cuarta ola, se observa una sobremortalidad en toda España, que comenzaría en diciembre de 1919 y estaría activa básicamente en el primer trimestre de 1920”, explica el historiador Jordi Maluquer, de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Que hubo una cuarta ola en 1920 lo confirman las estadísticas de muertes por gripe en toda España, desglosadas por año: 7.479 (1917), 147.114 (1918), 21.235 (1919), 17.825 (1920) y 5.837 (1921). Desde esta última fecha, la caída de la incidencia es notoria.
Emigrante gallego
En otra monografía, el historiador Jordi Maluquer cuenta cómo el virus viajaba todavía en 1920 desde Vigo, ya un destacado puerto trasatlántico en esta época: “La incidencia importante de la pandemia en Canarias se produjo en 1920, a raíz del contagio de un emigrante gallego llegado en un vapor que había partido de Vigo hacia América. La isla más afectada fue Gran Canaria, aunque también hubo un gran aumento de las defunciones en Tenerife”.
Así que se vivió en Vigo también una cuarta ola en aquella pandemia de hace un siglo. Y, para sorpresa de quienes la estudian, los hechos del pasado parecen un calco cien años después. Tal vez por culpa de esa manía que tiene la historia por repetirse…
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