La ciudad de Vigo siempre ha tenido muchos enemigos en contra. En un puesto destacado el Gobierno de la Xunta de Galicia, en manos del Partido Popular. Además de los grupos de poder de A Coruña y sin olvidar, tampoco, los intereses de la ciudad de Pontevedra, que sigue temiendo perder su identidad de capital de provincia. A pesar de todo, la ciudad de Vigo continúa siendo la mayor ciudad de Galicia, la más industrial y la más pujante, pese a quien le pese.
El Partido Popular siempre ha tenido a la ciudad de Vigo como una posible bolsa de votos electorales, pero olvidando las necesidades reales de una urbe que crece de modo imparable. En mi opinión, de no ser por la defensa a ultranza que hace Abal Caballero, el alcalde de la ciudad, del Partido Socialista, los intereses externos que he mencionado hubieran ralentizado muchísimo más su desarrollo.
Históricamente siempre existió confrontación entre el Puerto, la Zona Franca y el Concello de Vigo. Hubo tiempos en los que el Puerto de Vigo y la Zona Franca ejercían un efecto de pinza sobre los intereses de la propia ciudad de Vigo, sobre todo cuando ha estado representada por partidos progresistas. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, el Puerto de Vigo está presidido por Jesús Vázquez Almuiña, del Partido Popular, que siempre ha sido halagado por su talante y por su gran voluntad de diálogo. Así, Vázquez Almuiña está desarrollando una actividad centrada en los propios intereses portuarios, del mismo modo que lo hizo en su última etapa su antecesor en el cargo, Enrique López Veiga, uno de los mejores profesionales que ocuparon la presidencia de la Autoridad Portuaria de Vigo. Por lo tanto, el frente ejercido por el Puerto parece haber entrado en razón.
En cuanto a la Zona Franca conviene resaltar la extraordinaria sintonía que existe en la actualidad con David Regades al frente. Nunca antes la Zona Franca de Vigo estuvo tan cerca de la ciudadanía y de los intereses de la ciudad. En este sentido conviene recordar que en otras épocas se comportaba como un ente oscuro y desconocido. Por contra, en la actualidad, la labor de la Zona Franca es reconocida por todo el mundo y ha pasado a formar un frente común con el Concello de Vigo en numerosos proyectos, una linea de actividad que concuerda con lo que siempre se ha esperado de esa institución. En mi opinión, todo ello es un gran acierto de David Regades.
En resumen, opino que el Gobierno de la Xunta de Galicia, en manos del Partido Popular, es un lastre para el desarrollo de la ciudad de Vigo, y los únicos avances que se han conseguido han sido gracias a la perseverante defensa y reivindicaciones del alcalde Abel Caballero, capaz de sortear los exorcismos de esas brujerías con las que pretenden frenar a la ciudad de Vigo, con el perjuicio que eso conlleva para su ciudadanía y para Galicia.