En Madrid, donde se hallaba temporalmente, escribe el poeta vigués José María Posada y Pereira una composición titulada “Mi patria. Recuerdos”, de la cual transcribimos algunas estrofas, pues aún con su corte decimonónico, animarán sin duda este retablo histórico, muy recargado en las últimas semanas de olor a pólvora y estronicio de cañones. Entre tanto ruido bélico, no vendrán mal algunas armonías líricas:
“Lares nunca olvidados,
Donde dejé mis prendas más amadas,
a penosos cuidados
de contínuo entregadas:
Dulce, apacible y mágico retiro,
¡cuánto por ti, lejos de ti, suspiro!
¿Qué vale de Castilla
La desierta llanura dilatada
Y tanta maravilla
en la corte encerrada?
¿Qué vale el reducido Manzanares
para quien respiró en los anchos mares?
El valle y el amigo
y el hogar de mis padres sosegado
dejé en la hermosa Vigo,
y aquel idolatrado
objeto cariñoso de mi vida,
que un infelice corazón no olvida.
Mas ¡ay!, patria mimosa,
¿cómo renovaré sin amargura
tu imagen cariñosa
y aquel de mi ventura
tiempo, que tanto en mi memoria dura?
El poema es extenso, pero para muestra basta un hipérbaton…
18 de abril de 1850. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Ediciones Monterrey, 1960).