Dolor de cabeza, molestias en el brazo, fiebre… Los efectos secundarios (que no adversos) de las vacunas contra la Covid-19 son diversos tras recibir el primer pinchazo. Algunas personas incluso no han podido acudir al día siguiente a su trabajo debido a ello. No ha sido el caso del alcalde de Vigo, Abel Caballero, que este lunes, 24 horas después de serle administrada la primera dosis, ha mantenido intacta su agenda. Es más, su orden del día estaba lleno de compromisos.
Entre otras cosas, visitó las obras de la estación de autobuses junto a Alberto Núñez Feijóo y tenía cerradas tres reuniones telemáticas con importantes cargos del Gobierno de España: la ministra de Industria, Reyes Maroto; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; y el secretario de Estado de Transportes, Pedro Saura.
El regidor olívico confesó este lunes que se encontraba “bien” y que la vacunación no había alterado en absoluto sus 24 horas posteriores a la inyección. “Fue un día normal y corriente en mi vida y en mi jornada laboral”, explicó. Por ejemplo, aprovechó para ver el partido del Celta y para dar un paseo por Vigo. Así pues, envió nuevamente un mensaje a la ciudadanía: “Tan pronto nos llamen, todos a vacunarnos. Derechitos para donde nos digan. Todas las vacunas son muy buenas”, sostuvo.
Además de recomendar “que ni siquiera pregunten la vacuna que le van a poner” y de defender que el final de la pandemia pasa por la vacuna, el alcalde reiteró otro llamamiento: “Y cuando nos llamen a hacer PCR, también hay que ir”. “Son controles muy interesantes”, insistió Caballero, que sigue mostrando su preocupación por la evolución epidemiológica que presenta la ciudad de Vigo, que se expone a que el comité clínico endurezca las restricciones vigentes.