El espionaje británico se esmeró en su trabajo meses antes de junio de 1944. La misión que tenía encomendada por el Gobierno de Winston Churchill era intentar confundir al Alto Mando alemán sobre la localización del desembarco en Francia.
La idea que los agentes ingleses debían transmitir era que el desembarco tendría lugar en las costas de Calais en el norte de Francia, casi en la frontera con Bélgica. Para hacer más real el engaño se decidió que en el sureste de Inglaterra se irían acumulando cientos de vehículos, carros de combate y todo tipo de armamento pesado fabricados en chapa de madera o incluso con lona hinchable. Al estar estos equipos pintados igual que los reales a los ojos de la aviación espía alemana no se podría notar la diferencia.
En esta misión destacó un agente español que se conocería como Garbo. Se llamaba Juan Pujol y viviendo en Lisboa y ayudado por mapas y guías de viaje inglesas consiguió convertirse en un agente doble, haciendo que espiaba para Alemania, pero en realidad la información que proporcionaba siempre llegaba caducada.
De esta manera el agente Garbo fue uno de los intoxicadores que pudieron engañar a Hitler, consiguiendo que los alemanes no movilizaran dos divisiones de carros de combate y cinco de infantería desde Calais a Normandía. Gracias a esta treta el desembarco del 6 de junio de 1944 pudo tener lugar y fue el principio del fin de la guerra en Europa.
Viene todo este preámbulo a colación, porque me vino a la mente cuando el martes dia 4 estaba viendo en tv los resultados de las elecciones madrileñas. Al poco tiempo del recuento ya se empezaron a ver los grandes números de la derecha y los pésimos del centro y de la izquierda.
El gran estratega de Sánchez en el palacio de La Moncloa es desde 2018 Iván Redondo, responsable también de la planificación de la reciente campaña del 4-M.
Estas elecciones madrileñas no se hubieran producido si D. Iván no hubiera planificado las mociones de censura del marzo pasado, con las que Sánchez pensaba hacerse con todo el poder regional del PP salvo Galicia.
Pero a la presidenta Ayuso, al ver la jugada de la moción en Murcia, le sonaron todas las alarmas y a toda prisa convocó elecciones, media hora antes de que su vicepresidente Aguado le tuviera preparada la celada para sustituirla en la sede de la Puerta del Sol.
El dúo Sánchez-Redondo ha fracasado absolutamente en su intento de acaparar (casi) todo el poder en España, y los resultados de Madrid han sido la guinda, y suponen una buena perdigonada en el ala del asesor y también del inquilino de La Moncloa.
Lo que votaron los madrileños el domingo 4 ha cambiado el tablero del juego político en España. De hecho la presidenta Díaz Ayuso con su jugada ha conseguido :
- Disfrutar de una mayoría quasi absoluta con lo que tiene las manos libres para hacer y deshacer.
- Hace desaparecer a su vicepresidente naranja del que no se podía fiar.
- Inactiva al partido Cs cuyos votos pueden pasar en gran medida al PP.
- Da alas a su partido y a su líder nacional de cara a nuevas elecciones generales.
- Le mete un sopapo al presidente del gobierno que planteó las elecciones madrileñas como un plebiscito personal contra ella.
- Y por el mismo precio elimina de la escena política al lider de UPodemos que, por lo visto, va a cambiar de actividad profesional.
Pero aparte de todo esto la presidenta Díaz Ayuso ha demostrado por un lado, que las cosas se pueden hacer de otra forma de como predica la izquierda (siempre con su superioridad moral), y no menos importante, enseña a su partido que no hay que tener complejos, y que hay que ir decididos al frente de la guerra cultural contra los partidos izquierdistas y contestar uno por uno sus argumentos.
Por otra parte alguien podría pensar que a Iván Redondo le podrían quedar horas en su puesto de trabajo debido al fracaso de su plan. Lo que nadie ha pensado es que es un agente doble (como Garbo) que lo que hace es trabajar para la derecha, y que como buen jugador de ajedrez ya sabía lo que iba a suceder porque ve el juego con tres o cuatro jugadas de anticipación. Hay que tener una mente muy maquiavélica y retorcida para idear un plan así y que no quede tu juego al descubierto. Pues D. Iván lo ha conseguido.
Cuando el 6 de junio de 1944 en la cancillería de Berlín le notificaron a Hitler que hacía unas horas que el desembarco aliado se había producido en Normandía, el Fuhrer siguió pensando que era un simulacro, y que el verdadero vendría por Calais. Cuando salió de su error ya sería demasiado tarde y las Fuerzas Aliadas ya iban camino de París, y más tarde, de Berlín.
Pues hoy en día Pedro Sánchez sigue pensando que su asesor Iván Redondo le es completamente fiel. Y es que no hay peor ciego que el que no quiere ver.