El Consorcio del Casco Vello de Vigo ya opera en la nueva sede de Ferrería 45. Así lo informó este viernes su presidenta y delegada territorial de la Xunta, Marta Fernández Tapias, quien defendió que la decisión de ocupar un bajo en propiedad del organismo otorga “una mayor seguridad” al no depender de una autorización supeditada al interés municipal. Al mismo tiempo, destacó que al encontrarse en una planta baja contribuye a darle más visibilidad y a mejorar su accesibilidad.
El emplazamiento, según defendió, se ajusta a las exigencias de los estatutos (uso administrativo destinado a la oficina) y es “congruente” con los objetivos de rehabilitación integral del conjunto histórico, incorporando usos compatibles con el de residencia. Fernández-Tapias recordó que desde su constitución el Consorcio no dispuso de una sede definitiva y ocupaba la cedida provisionalmente por el Concello de Vigo en la Praza da Princesa. Tal circunstancia provocaba que periódicamente se tuviera que suscribir un convenio que permitía el uso del inmueble, condicionado a las necesidades municipales que pudieran requerir en cualquier momento su reversión, argumentó.
Como ejemplo, la presidenta del Consorcio se refirió al hecho de que, dos meses después de aprobar la última cesión de uso del inmueble, se aprobó un proyecto que obligó a su suspensión, en clara referencia a las obras de reforma integral anunciadas por el Ayuntamiento. Por tanto, Fernández-Tapias consideró que “esta era la mejor solución para evitar esta situación de dependencia e incertidumbre”.
Las proporciones del nuevo local son similares a las del anterior. Las obras de acondicionamiento fueron “las mínimas”. En conjunto supusieron una inversión de unos 26.000 euros, incluidos los gastos derivados del traslado. Los trabajos consistieron en la instalación de un nuevo recrecido y pavimento de hormigón pulido, un falso techo acústico desmontable y un aseo adaptado. Al mismo tiempo, se renovaron las instalaciones eléctricas, de fontanería, saneamiento, telefonía y ventilación.