El 24 de mayo de 1941 nació Robert Allen Zimmerman en el estado estadounidense de Minnesota, una persona de origen judío que revolucionaría la música. Comenzó en el mundo de la música desde muy joven y prefirió no utilizar su verdadero nombre para que nadie lo interpretara como judío, a los que mucha gente relaciona exclusivamente con comerciantes y banqueros, pero nunca con músicos.
Durante un tiempo adoptó varios nombres artísticos, como el de Elston Gunn, pero, con los años, en 1962 adoptó el nombre de Bob Dylan, relacionado con el poeta Dylan Thomas, de Gales, pero no porque le gustaran mucho sus poesías, que nunca interpretó, sino por una simple razón fonética.
Bob Dylan comenzó su andadura profesional en 1960 con un viaje a Nueva York haciendo auto stop. Allí firmó su primer contrato con Columbia Records a la edad de veinte años, haciéndose pasar por huérfano para evitar la autorización de sus padres. Siempre ha iodo acompañado con su guitarra y con su armónica, con un estilo muy personal.
Todas sus composiciones se han convertido en éxitos, algunos de ellos interpretados por otros músicos y cantantes. Fue una estrella en los años setenta, en los ochenta, en los noventa, en la década del 2000, en la del 2010, e incluso en la actualidad.
Ha destacado como músico, como compositor, como cantante y como poeta. En su haber tiene doce premios Grammy, numerosos premios de todo tipo e incluso el Premio Nobel de Literatura, por su contribución poética dentro de la música norteamericana. Sin duda, es uno de los mejores cantautores y compositores de la historia.
En la actualidad, con ochenta años recién cumplidos, sigue manteniendo su retiro voluntario y ha vendido su discografía formada por más de 600 composiciones a la UMPG, (Universal Music Publishing Group) por una cifra que supera los 400 millones de dólares, pero el precio exacto quizá nunca llegue a conocerse porque eso también forma parte de su leyenda.