La Policía Local de Vigo ha investigado por un delito contra la seguridad vial a un conductor vigués que dio positivo en el control de alcoholemia al que fue sometido tras empotrarse contra unos coches que estaban aparcados. Los hechos, según ha informado este martes el cuerpo municipal, tuvieron lugar a las 00.45 horas de este lunes. En ese momento, una persona alertaba al 092 de un accidente de tráfico en la calle Riomao.
Este particular informaba de que un vehículo había colisionado contra otros que estaban estacionados después de que el hombre que iba al volante perdiera el control del turismo. Una vez en el lugar, los efectivos desplazados identificaron al individuo como un vecino de Vigo de 43 años. Al hablar con él, se dieron cuenta de que “presentaba signos externos de encontrarse bajo los efectos del consumo de bebidas alcohólicas”. Por ello, procedieron a realizarle la prueba correspondiente, que ofreció un resultado positivo de 0,67 y 0,74 mg/l de alcohol por aire espirado, lo que excede el límite penal establecido.
La Policía Local tuvo que completar en los últimos días varias intervenciones de tráfico en las que estuvieron presentes el alcohol o las drogas. Entre ellas también destaca la que estuvo protagonizada por un vigués de 37 años, al que se le atribuye igualmente un delito contra la seguridad vial. Este conductor fue interceptado el pasado sábado por la mañana tras intentar darse a la fuga.
El piloto fue detectado en la calle Fotógrafo Xosé Gil. Una dotación que patrullaba por la zona le vio circulando “a una velocidad elevada” y dando “varios acelerones”, por lo que le dieron el alto. Sin embargo, al apearse del vehículo, “fueron rebasados mientras el conductor realizaba equilibrio sobre la rueda trasera de la motocicleta, accediendo a la Avenida da Florida”.
Así lo detalla el cuerpo municipal en un comunicado, en el que también explica que se inició una “persecución” a pesar de que los agentes “advirtieron de su presencia mediante el uso de los dispositivos ópticos y acústicos”. Finalmente, lograron darle caza y pararlo. Al conversar con él, se percataron de que “presentaba signos externos que se presumían compatibles con el consumo reciente de algún tipo de sustancia estupefaciente”. Así pues, se le sometió al preceptivo test de drogas, que arrojó un resultado positivo en THC y cocaína.
Adicionalmente, se realizó un cacheo corporal y una revisión de pertenencias, que permitió hallar “un trozo de barra de color marrón, posiblemente hachís, una caja plástica con dos rocas de color blanco, posiblemente de cocaína, una papelina que contenía la misma sustancia y una navaja estilete, que le fue confiscada”.