«Los petardos y la convocatoria de espectáculos pirotécnicos tienen un efecto terrible sobre colectivos vulnerables de personas y sobre animales domésticos y salvajes; es un hecho innegable, constatado por estudios científicos y recordado regularmente por especialistas de diferentes campos».
La Asociación Animalista Libera alertó este miércoles de que Vigo no ha reglamentado todavía el uso de artefactos explosivos y su uso casi libre por parte de administraciones públicas y particulares genera cada verano, especialmente en San Juan, situaciones de riesgo. «Niños con TEA aterrorizados, animales que se escapan o se autolesionan, personas mayores desorientadas y efectos degradantes a largo plazo en los canales auditivos de cientos de adultos», asegura el colectivo.
Libera pone de relieve que las conductas incívicas de grupos de personas que llegan a tirar petardos en la vía pública, poniendo en riesgo incluso su integridad física o las programaciones locales, no disponen de una norma que reglamente duración máxima, intensidad o los horarios con menor riesgo.
Ante esta situación, la Asociación Animalista Libera ha propuesto una normativa que apueste por una progresiva reconversión del sector, reforzando la llamada pirotecnia de bajo impacto acústico y limitando su uso por parte de particulares y empresas. Para los animalistas es posible conjugar diversión y protección tanto ambiental como animal, pero indica que «hasta ahora ninguna administración se ha puesto manos a la obra y parece que escuchan más al lobby sectorial que a los colectivos afectados».
De forma paralela Libera señala la urgencia de elaborar campañas informativas que trasladen consejos de cuidados: cerrar ventanas, alejar a las personas vulnerables de espacios con estruendo, acudir a un profesional médico o veterinario para conocer posibles métodos de actuación ante un contexto de riesgo, e incluso en el caso de perros adquirir collares con localización GPS.
Alternativas en otros países
Según destaca el colectivo, en 2017, la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, anunció un veto al uso de petardos, cohetes y demás artilugios pirotécnicos durante las celebraciones de Nochevieja, advirtiendo que estos elementos asustaban tremendamente a los animales y a las personas.
Varios municipios italianos, suecos y argentinos han establecido moratorias al empleo de pirotecnia sonora, apostando en algunos casos por contratar espectáculos con menor emisión de decibelios y en otros acabando con cualquier empleo de los mismos.