Del 1 al 10 de julio, Vigo acoge de nuevo la Feria del Libro, con todas las medidas de precaución necesarias y con un llamamiento a mantener la prudencia, pero también con libros, muchos libros.
Se dijo que 2020 fue el año para leer más. Con el confinamiento y las reducciones a la movilidad, tocaba quedarse en casa y atacar la enorme pila de libros pendientes. O aventurarse por terrenos desconocidos y abordar géneros que nunca hubieras probado. O incluso formatos diferentes, como el libro electrónico y el audiolibro, que han experimentado un auge notable en estos últimos tiempos.
Pero lo cierto es que las librerías sufrieron el parón de ventas y los eventos presenciales desaparecieron por completo. Firmas de libros, ferias, presentaciones, charlas… nada de eso era posible ya y los autores también tuvieron que quedarse en casa y a veces realizar presentaciones virtuales o directamente esperar a que la tormenta pasara.
2021 es el año de la recuperación progresiva, de la nueva normalidad y de las medidas de protección y distancia. Con gel hidroalcohólico en todas partes, mascarilla y separación entre personas, poco a poco se han podido organizar pequeños eventos controlados, que dan la seguridad para poder abordar retos más complejos.
Este julio llega otra vez a Vigo la Feria del Libro, esta vez sin la obligatoriedad de llevar mascarilla en sitios públicos siempre que se garantice la distancia de seguridad. Autores, editores y libreros están deseando compartir unos días de fiesta alrededor de las letras escritas. La calle del Príncipe se llenará por unos días de piratas, exploradores, policías, damas victorianas, navegantes y otros seres igual de extraños. Habrá ediciones en tapa dura, en tapa blanda, con ilustraciones e incluso algún pop–up.
Es el momento de recuperar las calles, siempre con prudencia, y de compartir sueños, ilusiones, viajes y esperanzas. Es el momento de leer y soñar, que en el fondo las dos cosas son lo mismo.
Cuidémonos entre todos, que hoy es más importante que nunca, y cuidemos nuestra capacidad de soñar, que sigue estando en los libros, esperando para que los abramos y la pongamos en marcha.