Creo que ya son seis años (¡cómo pasa el tiempo!) en los que mi director Antonino me permitió comentar cosas periódicamente con Vds, los queridos lectores de www.vigoe.es.
Desde entonces hemos hablado un poco de todo, de política municipal mucho, de la otra política bastante, del RC Celta en unas cuantas ocasiones, de la sociedad en general, digamos que cuarto y mitad de lo divino y otro tanto de lo humano.
Pero además me ha coincidido hablarles de personajes famosos que se nos han ido de este mundo pero que sin embargo su recuerdo permanece. De ahí que esta semana me sea imposible no decir algo de la Carrá.
Se nos ha ido Raffaella (¡Hola Raffaella!) y se nos ha encogido el corazón al conocer la noticia porque no sabíamos que estaba malita. Y es como cuando se muere alguien de la familia muy cercano, cuando realmente notas que su falta te hace daño.
“La Carrá” era la simpatía por naturaleza, con aquella sonrisa inmensa que siempre adornaba su rostro, y que parecía que la italiana estaba siempre de buen humor. A Raffaella la adoptamos los españoles desde hacía muchos años (quizá cuando cantaba «Rumore» en no sé qué año) como una de nosotros, y nunca nos extrañaba cuando salía en la pequeña pantalla.
Con ella hemos cantado sus canciones que hablaban de amor, imitado sus bailes (mientras sufriamos un pequeño esguince de cervicales), hemos visto sus programas, sus entrevistas, repetido sus frases (Y si fuera…) y todo lo que tenía que ver con ella nos parecía bien, porque era una mujer que se hacía querer y nos tenía el corazón conquistado.
Ahora sabemos que también hizo sus pinitos como actriz en Hollywood donde le dio tiempo a rodar alguna película y a decirle a Sinatra ¡Ciao Franky!
Se nos va una mujer fuerte, independiente y muy completa que ha hecho de todo, a saber: actriz, cantante, bailarina, coreógrafa, compositora, presentadora, productora y cualquier tarea que se le pusiera por delante porque era una fuerza de la naturaleza.
Ahora mismo en nuestro corazón los españoles llevamos prendido un pequeño crespón negro en homenaje a Raffaella. Se nos ha ido pero su recuerdo perdura mientras bailamos «Explota, Explota» y volvemos a sufrir otro pequeño esguince cervical.
¡Ciao Raffaella, noi spagnoli non ti dimentichiamo! (¡los españoles no te olvidamos!)