La hostelería ha sufrido un gran varapalo con la pandemia del Covid-19 y la cosa aún no está del todo normalizada. La inmensa mayoría de los negocios hosteleros están en manos de gente muy profesional que conoce perfectamente sus responsabilidades, y mucho más en esta época de pandemia. Sin embargo, al principio, las autoridades decidieron cerrar durante un tiempo todos estos establecimientos como si ellos fueran los culpables de la expansión del virus y miles de personas se quedaron en la calle, en una espera interminable de ayudas que no llegaron a cubrir todos los gastos.
Todo han sido promesas, pero algunas no llegaron nunca y otras llegaron tarde. Algunos concellos han tomaron medidas para favorecer a un sector que, guste o no, es básico en nuestra economía. La Xunta de Galicia, por su parte y en el mejor de los casos, ha tardado tanto que algún pequeño empresario hostelero, ahogado con las circunstancias y harto de las promesas, ha puesto en la ventana de su establecimiento este cartel que es elocuente por sí solo.