El vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda, y el conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña, han tratado este jueves, en reuniones con la hostelería y el ocio nocturno, la necesidad de garantizar la seguridad para impedir que se geste un verano de descontrol y «evitar cierres que nadie quiere».
El encuentro se ha producido tras el anuncio de las nuevas restricciones, que afectarán al sector hostelero, con un máximo de seis personas no convivientes en el interior de los locales y diez en el exterior, y con la obligación, en el caso del ocio nocturno, de una PCR o test de antígenos negativo realizado en las últimas 72 horas o bien un certificado de vacunación.
En la reunión se evaluaron posibilidades como la de implantar en la hostelería medidas que están funcionando en el ocio nocturno, porque incrementaría la seguridad de los clientes y de los negocios.
En función de ayuntamientos
García Comesaña ha dejado caer que podrían aplicarse las mismas en función de los ayuntamientos y de su situación, pero, con todo, cualquier posibilidad deberá ser abordada y analizada debidamente para, en caso de ser factible, recibir la aprobación del comité clínico asesor. «Impedir que la situación actual derive en los cierres que nadie quiere» es la idea, ha hecho hincapié.
El gobierno de Alberto Núñez Feijóo dice ser consciente de que en esta nueva situación el mayor peligro está en las reuniones de personas y en el fenómeno del botellón, una práctica prohibida, por lo que se seguirán extremando los controles pues la vigilancia, «sobre todo en fines de semana», da buenos resultados.
Prioridad sanitaria
Rueda ha remarcado en varias ocasiones que la prioridad es anteponer las medidas sanitarias pero el objetivo que se persigue es una compatibilización.
Sobre el toque de queda, García Comesaña ha apuntado, ante las preguntas, que esas limitaciones generales espera que no tengan que tomarse y Rueda ha comentado que nadie trató hoy ese asunto en estos encuentros.