¿Por qué la calidad del aire y el porcentaje de humedad es tan importante para el bienestar de los empleados?
Un ambiente de trabajo fresco y seguro es fundamental para crear un entorno productivo. Factores como la luz natural, la humedad y la calidad del aire son condicionantes clave a la hora de organizar una oficina o espacio de trabajo, y contribuir a la salud de los empleados, logrando así mejorar su productividad y eficiencia. Esta técnica responde al nombre de wellbeing o bienestar laboral.
Claves del wellbeing
Durante el 2020 y lo que va del 2021, el wellbeing ha arropado a las pequeñas, medianas y grandes empresas de nuestro país, y hoy en día, es uno de los términos más usados en cualquier espacio de trabajo. El wellbeing hace referencia a la salud general de los empleados, y es un condicionante protagonista a la hora de desarrollar su cometido.
Las compañías con más éxito a nivel mundial están apostando por el bienestar de sus trabajadores, como una manera de convertirlo en una ventaja corporativa.
Para ello, una buena ventilación, la entrada de luz natural, mobiliario ergonómico, tecnología que facilite el trabajo, e instalaciones sanas, son factores clave para conseguir la sanidad física, emocional y mental.
La medición ambiental, clave tras la pandemia
Controlar la humedad y la calidad del aire, es uno de los aspectos más importantes en el lugar de trabajo, y la preocupación por un entorno seguro, se ha incrementado significativamente tras la llegada de la pandemia.
La calidad del aire es esencial para una vida más saludable, y además es una norma que debe cumplirse siempre que se esté en espacios cerrados.
Son muchas las enfermedades y malestares que vienen acompañadas de una mala calidad de aire. Desde la cosa más mundana como una irritación ocular, hasta padecimientos más graves como asma o fuertes alergias.
Las condiciones sanitarias han multiplicado su presencia en oficinas, departamentos y edificios, y a día de hoy, es uno de los factores definitivos para lograr un entorno cómodo y seguro.
Por otro lado, la humedad influirá también en la temperatura y la sensación térmica del espacio y una humedad no controlada podría tener consecuencias nefastas en el lugar de trabajo. Muestra de ello encontramos hongos, alérgenos, ácaros y malos olores que podrían afectar directa e indirectamente en el rendimiento de los trabajadores.
Además, factores como la respiración humana, la actividad doméstica y la construcción del edificio son alicientes y propulsores de estos efectos, y, en la mayoría de los casos, el origen de humedades en el entorno.
La forma más sencilla para controlar este fenómeno, es a través de medidores de humedad, estos dispositivos hacen una medición muy fiable para tomar lecturas de manera rápida y eficaz en una amplia gama de materiales como madera, cemento y yeso. Una humedad adecuada en un espacio cerrado deberá oscilar entre el 40 y el 60% de su máxima capacidad.
Cuanto mejor sean estas condiciones, mayor será el rendimiento y mejor la productividad del empleado, pues una vez alcanzado el bienestar laboral, la empresa mejora significativamente su potencial. Como resultado, la organización goza de un ambiente feliz, un entorno seguro y unos trabajadores satisfechos y comprometidos con su tarea.
En definitiva, el wellbeing es una representación de compromiso y preocupación por los empleados que cada vez se hacen un hueco más grande en la hoja de ruta de importantes empresas.