La gran vía de comunicación de Vigo es su ría. En ella comerciaban los navegantes fenicios y romanos, al igual que fue puerto de todas las flotas de guerra o de la emigración en los grandes trasatlánticos. Pero esta historia de éxito tuvo también una dimensión local: la del transporte de ría, el de diario que comunicó las dos orillas y que todavía mueve un millón y medio de pasajeros cada año. Esos vapores de la ría de Vigo son, además, cultura de esta ciudad.
Desde tiempos inmemoriales, el mar fue la mejor vía de comunicación entre O Morrazo y Vigo. Ya en el siglo XVIII el tráfico de pasajeros era tan importante que se dictaron órdenes para un “control no mar ós navíos e barcas con xente, por se fosen armados”. Lo recoge Bernardo Máiz en su libro As embarcacións de pasaxe nas rías galegas.
Antes de la aparición del vapor, durante buena parte del siglo XIX, el transporte se hacía en lentos galeones a vela, que llegaban a invertir hasta dos horas en viajar desde Cangas a Vigo. Pero eran igualmente populares, como la mejor alternativa para desplazarse a la gran ciudad, fuese para trabajar o para vender los productos del campo en las ferias agrícolas.
De los galeones a los vapores
Los galeones operaron en la ría de Vigo hasta comienzos del siglo XX. Los últimos con nombre conocido fueron el ‘Rosal’ y el ‘Muiñeiro’, que enlazaban con Moaña. Pero, hace un siglo, en la década de 1910, aparecieron los vapores en la ría de Vigo. Los primeros fueron el yate ‘Cantabria’, que iba a Cangas, y el ‘Alegría’, para Moaña. Con sus ruidosas calderas de carbón y sus humeantes chimeneas tardaban casi una hora en completar el trayecto
Amador Montenegro cuenta que el servicio era libre para cualquiera que quisiese ofrecerlo, “pero no parecía muy atractivo, ya que la compañía efectuó durante años el servicio sin competencia alguna, una vez eliminados sin gran esfuerzo los galeones, que hasta ese momento efectuaban el transporte”.
Sin embargo, pronto surge la competencia por lo que comenzó a parecer un lucrativo negocio. En Moaña, apareció otra compañía, fundada por un tal Legarda, que fletó dos vapores: el ‘Delirio’ y el ‘Senén’. Más tarde se estrenó, según cuenta Montenegro, “un tal Gómez Román, al que titulaban Patán, que crea otra línea, que tira los precios”. Y con ello se desató una de las muchas guerras que a lo largo de las siguientes décadas hubo por monopolizar el servicio. “El precio de los billetes llegó a anularse, y la compañía que ya existía llegó a dar gratuitamente chocolate a todos los viajeros que llegaban a Moaña, con lo que el que había montado la competencia abandonó”, narra Montenegro.
Tras este litigio, aparece una empresa que marcará la historia del transporte en la ría de Vigo: Vapores de Pasaje. Era una compañía moderna, con accionistas que, en su fundación, gestionaba un miembro de la familia Fábregas. Rápidamente, se hizo con el servicio, aunque no le faltaron competidores.
Ruta circular Meira-O Con-Cangas- Vigo
Hubo una ruta circular que hacía el recorrido Meira-O Con-Cangas-Vigo. Más tarde, se creó la Comercial Marítima de Transportes. Pero la gran competencia para Vapores de Pasaje apareció en la década de los 60, con Marítima Viguesa y sus lanchas rápidas que podían hacer el servicio hasta en un cuarto de hora. Embarcaciones como la “Guapa” y “Villa de Bueu” se hicieron populares, aunque todos reconocían que parecían peligrosas. En 1978, un accidente que costó la vida a una niña hizo que todos los usuarios de la ría de Vigo volviesen a Vapores, que eran más lentos pero parecían más seguros.
Tras esto llegaron los tiempos de monopolio, en los que se quiso poner fin a la competencia. En el último cuarto del siglo XX, se populariza el servicio a Cíes, con barcos muy recordados como el ‘Catamarán’ o el ‘Illas Ficas’. Construido en 1968 en Asturias, el ‘Illas Ficas’ fue el emblema de la modernidad, con sus 500 plazas de pasaje, según los estándares de la época. En realidad, en los años 80 viajaba a Cíes tan abarrotado que hoy sería impensable viajar en un barco en tales condiciones. Como curiosidad, el buque se llamaba en realidad Illas Sicas, la antigua denominación de las Cíes. Pero el encargado del registro se equivocó y puso una f en lugar de una s. El último presidente de Vapores, Rodrigo Freire, nunca olvidaba la anécdota.
Mar de Ons y Nabia
Tras Vapores de Pasaje se instaló Mar de Ons, la principal que opera en la actualidad junto a otras compañías como Nabia. Y ni siquiera la inauguración del puente de Rande, en 1978, pudo acabar con el transporte de ría.
Porque el transporte marítimo de pasajeros sigue siendo patrimonio cultural de la ría de Vigo. Un bien a conservar. Que sigue transportando cientos de miles de personas cada año desde los tiempos de los viejos galeones a vela.
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