A toro pasado cualquiera opina y habla. Eso se dice. Pero hay cosas que no pueden quedar en el tintero y una de ellas es el Marisquiño 2021, ya finalizado. Convendría analizar si realmente ha compensado llevarlo a cabo en estos tiempos de restricciones de pandemia. Muchas personas, incluso hosteleros, consideran que hubiera sido más acertado posponer el certamen esperando tiempos mejores en los que la gente de la calle pudiera disfrutar de un modo más directo y multitudinario con las distintas competiciones.
Recordemos que numerosas vallas cerraban el paso a los lugares habituales donde otros años se colocaban los espectadores de las pruebas. El Casco Vello estaba bloqueado, y las instalaciones del Náutico, también. Está claro que el espectáculo sin espectadores —o tan limitados— no tenía demasiado sentido. Pero ya se sabe aquello de “doctores tiene la Santa Madre Iglesia”.
El Marisquiño 2021 ya se ha celebrado, tal como permitían las normas de este año Covid19, sin embargo, para la gente de la calle, para la inmensa mayoría que no ha podido ver las pruebas como todos los años anteriores, el Marisquiño 2021 ha pasado sin pena ni gloria. Y ahora dirán que ha sido un acierto.