La obra de la nueva grada de Marcador sigue avanzando a su propio ritmo. Aunque no ha hecho más que empezar, la reforma arrastra ya retrasos y progresa muy poco a poco. La demolición de la vieja bancada es uno de los aspectos que se han atragantado. Empezó en agosto y debía haber terminado hace un par de semanas. Pero como se puede observar en cada partido –o simplemente pasándose por Balaídos- el derribo no se ha podido completar en la zona más cercana a Río.
El motivo es la presencia de unos transformadores de luz que no se han podido retirar todavía. A pesar de ello, la empresa que lleva las obras ha iniciado una nueva fase de la reforma: la cimentación e instalación de basamentos para posteriormente levantar la nueva estructura. Tal y como apuntó el alcalde de Vigo, Abel Caballero, en los micrófonos de Cíes Podcast, la planificación “ya estaba programada” para simultanear el acondicionamiento del terreno con la demolición. Aunque en otras fechas y sin tantos obstáculos.
“Hasta que nos podamos llevar los transformadores a otro sitio no los podemos tocar”, reconocía Caballero en la entrevista concedida a Cíes Podcast. “Es una obra muy compleja”, alegaba, dado que “se hace con el estadio y la instalación eléctrica en funcionamiento”.
En todo caso, reveló que las labores avanzan por otro lado. Además de triturar y retirar los escombros generados por el derribo de la vetusta grada, los operarios trabajan estos días “metiendo cimientos” en zonas liberadas de cascotes. Según el alcalde, por ahora, esos progresos “no se van a ver porque se producen bajo tierra” pero eso no quiere decir que la construcción de la nueva grada no haya arrancado.
Según anunció en su día el concejal de Fomento, Javier Pardo, la reforma de Marcador tiene un plazo de ejecución de 18 meses. Por tanto, debería concluir en septiembre de 2022 y estar disponible para casi toda la temporada 2022-2023. Sin embargo, el retraso acumulado apunta a que la actuación no terminará hasta principios de 2023, año del centenario del Celta.