Un vigués de 31 años fue detenido en la madrugada de este martes tras protagonizar una peligrosa persecución por las calles de la ciudad. La Policía Local le arrestó tras recorrer tras él unos 600 metros a gran velocidad y después de que el conductor estuviera a punto de atropellar a dos peatones al meterse por la acera. Además de incurrir en varios delitos contra la seguridad vial, al individuo le constaba una orden de búsqueda, detención y personación dictada por el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo.
Los hechos, según ha informado este miércoles el 092, se registraron a las 00:50 horas del 9 de noviembre. En ese momento, una patrulla de la Policía Local estaba realizando “labores de control y vigilancia” por la Gran Vía, en sentido ascendente entre la Praza de América y la Praza de España, y circulaba a una velocidad “reducida” para “poder detectar, mediante observación detallada, cualquier ilícito penal que se produjese”. En un momento determinado, se percató de la presencia de un scooter de color oscuro que avanzaba detrás del vehículo policial a la misma velocidad, “sin tratar en ningún momento de rebasar a la unidad”.
Ese hecho despertó la sospecha de los agentes, que aminoraron todavía más la velocidad, constatando que el otro piloto hacía lo mismo. Así, detuvieron la marcha para darle el alto, momento en el cual el motorista “realizó un giro brusco, atravesando el bulevar central y accediendo carril de sentido descendente en dirección a la Praza de América”, según relata el cuerpo municipal en un comunicado.
De esta forma, se inició la persecución, durante la cual el coche patrulla activó los dispositivos luminosos y acústicos. La huida prosiguió por la Avenida da Hispanidade, donde el conductor circuló en sentido contrario y efectuó “una maniobra brusca evasiva” que le hizo perder el equilibrio y caer contra la acera. Eso no le impidió sobreponerse e incorporarse rápidamente para continuar con su fuga en sentido contrario por la calle Zamora.
“Los agentes continuaron la persecución, advirtiendo mediante los dispositivos ópticos y acústicos a los demás usuarios de la vía sobre el riesgo creado por el scooter, al tiempo que ordenaban al citado que se detuviese. No solo no lo hizo, sino que trataba de arrancar con la mano izquierda la placa de matrícula para evitar la toma de datos y su posterior identificación. Al mismo tiempo, sujetaba el manillar con la derecha, perdiendo de forma temporal y en varias ocasiones la visibilidad al frente”, explica la Policía Local.
Ya a la altura de la calle Regueiro se metió dentro de la acera y estuvo “a punto de atropellar a dos jóvenes que transitaban por el lugar y que tuvieron que saltar para evitar ser arrolladas”. En el acceso a la Gran Vía volvió a perder el control del vehículo. Ese momento fue aprovechado por uno de los agentes para apearse rápidamente, interceptarlo y detenerlo.
“Mediante consulta con la aplicación de mapeo web, se verificó que el vehículo recorrió una distancia de 604 metros superando en ocasiones los 100 kilómetros por hora, en los términos y condiciones anómalas respecto a la circulación observadas por los actuantes en todo momento”, señala el 092.
El piloto fue sometido al test de drogas y dio positivo en metanfetaminas y opiáceos. Además, tras consultarse la base de datos de la DGT, se pudo averiguar que tenía en vigor una pérdida del permiso de conducir. Por si no fuera suficiente, la moto, que figuraba a nombre de su hermano, carecía de ITV y de seguro. Por estos motivos, se cursaron las correspondientes multas administrativas y se inmovilizó el scooter en el depósito municipal.