Ebanistas, carpinteros, electricistas o canteros conviven durante meses en los más parecido a una EMAO (Escola Municipal de Artes e Oficios de Vigo) flotante. Se trata del barco tripulado por estudiantes y graduados que han elegido completar su formación con una travesía diferente. «El único requisito es hablar con cierta fluidez, o al menos entender, el alemán». Hans es uno de los veinte marineros que llegaron a Vigo esta semana a bordo del ‘Roald Amundsen’, el bergantín alemán con base en Eckerenforde, ciudad situada a pocos kilómetros de Kiel.
El buque, bautizado en honor al famoso explorador que dirigió la expedición a la Antártida y por primera vez alcanzó el Polo Sur, fondeó el pasado fin de semana en las Cíes. El lunes de esta semana amarró en el Muelle de Trasatlánticos, donde estará hasta el próximo 6 de diciembre, cuando emprenda su nuevo viaje hasta Tenerife. Allí tiene previsto participar en una jornada de confraternización con juventudes rusas.
Habitual ya en la ría de Vigo, este sábado VIGOÉ pudo realizar una visita guiada al barco. Con capacidad total para 48 personas, un tercio de ellas tripulantes y el resto aprendices, se trata de un buque escuela muy peculiar. Con una eslora de 50 metros y una manga de 7, está gestionado por la fundación sin ánimo de lucro Aprender a Vivir en Barcos a Vela.
Ulrich Komorowski, capitán del bergantín, explica que partieron de Brest el pasado 2 de noviembre después de retrasar su partida durante dos días debido a un temporal. «Vinimos muy rápido, estábamos aquí antes de lo previsto», apunta. A su lado, Hans ríe y se muestra más gráfico: «¡Surfing!».
Reparaciones en cubierta
Dos decenas de personas se arremolinan en el extremo del muelle de Trasatlánticos para observar los trabajos en la cubierta del ‘Roald Amundsen’. Los tripulantes se afanan en realizar reparaciones de todo tipo, desde carpintería a pintura, a ojos de los vigueses más curiosos. El barco no ha abierto sus puertas al público debido a las restricciones por covid, pero el capitán acepta la visita del periódico.
Bajo cubierta se distribuyen los camarotes para dar cobijo a casi medio centenar de personas. En la proa, el mayor de ellos, acoge a los artesanos. En la popa, un hermoso y espacioso comedor. Encima, la cocina, en la que somos recibidos amablemente para probar unas delicias de pan crujiente. «Esto es el premio cuando las cosas van bien», explica Hans.
Construido como lugre en 1952
El barco fue construido en 1952 en el astillero alemán de Roblauer Werft, en el río Elba, para dedicarlo como lugre a la pesca de altura, pero finalmente finalmente acabó convertido en buque tanque y de suministro .Posteriormente, realizó tareas de aguador hasta que en 1988 sirvió como vivienda durante algunos años. En la década de los 90 fue subastado y adquirido por la fundación para servir de buque escuela de vela.
En este viaje hasta Vigo llegaron con aprendices que han pagado entre 745 y 875 euros. Tiene previsto realizar el próximo crucero entre Vigo y Tenerife desde el próximo 6 de diciembre al 22 del mismo mes. Los precios van de los 975 a los 1.075 euros. A bordo se participa en todas las tareas del barco y también se aprende, de mano de los artesanos, a navegar a vela. Se puede encontrar más información sobre los viajes en su página web.