Eran exactamente las 20.30 horas del día 20 de los actuales, en la calle Policarpo Sanz, cuando D. Abel apretaba (junto a Susana Rodríguez Gacio) el botón rojo y declaraba inauguradas las navidades ‘urbi et orbi’.
El alcalde vigués este año ha dado un paso más. Anteriormente peleábamos con Nueva York, Londres, Tokio y Shanghái, pero en este momento desde al lado del Teatro García Barbón declaramos el comienzo de las Navidades ¡de todo el planeta! Por no hablar de la Estación Espacial Internacional, que según nuestro máximo dirigente, estaba orbitando sobre nuestra ciudad en ese preciso momento. En la citada estación tengo entendido que hay once astronautas/cosmonautas, entre la NASA norteamericana, la JAXA japonesa y la Agencia Espacial Rusa.
En ese instante del encendido me imaginé a los profesionales dentro del vehículo espacial realizando sus tareas y controles, hasta que Michael (USA) avisó: “¡Eh! Oleg (RU), Soichi (JPN), ¡que ya son las 20.30 (hora local viguesa), que va a comenzar el encendido, apuntad con las cámaras hacia Vigo que nos lo vamos a perder!”.
Con el espacio sideral pendiente de nosotros los vigueses, resulta que hace pocas fechas en un diario regional gallego salía la noticia: «Las luces y la decoración navideña de Vigo no deslumbran en Europa». Se trataba del portal ‘European Best Destinations’, que no reconocía a Vigo entre las 20 mejores ciudades europeas en cuanto a ornamentos navideños.
Es el problema de nuestros primos del norte, que nos tienen manía y mucha envidia por tener ¡la mejor Navidad del mundo! y quieren chafar nuestra alegría colectiva. Pues no van a poder porque en toda la galaxia sólo se habla de Vigo y de su Navidad.
En el mismo diario también se pudo leer la nueva de que los coruñeses nos estaban comiendo la tostada a los vigueses en cuanto al tráfico de cruceros, pero a quién le importa si los transatlánticos atracan aquí o no teniendo como tenemos ¡once millones de leds! ¡Hombre por favor!