Muchas son las consecuencias económicas, políticas y sociales de la pandemia, la mayoría posiblemente aún por descubrir, pero lo que parecen tener ya claro Xosé Carlos Arias y Antón Costas, autores de ‘Laberintos de la prosperidad’ (Galaxia Gutenberg), es que ha llegado el momento de redefinir el contrato social, la forma en que la sociedad determina cómo se reparten los riesgos de las crisis entre los diferentes actores en la sociedad.
«Lo que llamamos el contrato social está agotado, hay que ir hacia uno nuevo, que en gran medida va a venir porque todo se está transformando”, ha dicho a Efe Arias, catedrático de Política Económica en la Universidad de Vigo y coautor de este ensayo que lleva por subtítulo una pregunta: “¿Hacia una Nueva Gran Transformación?”
Arias y Costas analizan en su ensayo el “muy complejo proceso de transformaciones que se nos viene encima”, muchas de las cuales no nacen de la pandemia, sino que ésta únicamente está actuando como catalizador de una transición que se venía intuyendo ante un modelo económico y social al que ya se le veían las costuras.
“La sociedad y la economía van a ser muy diferentes en, digamos, diez años. Hay procesos inexorables en marcha como la digitalización o la descarbonización, de los que todo el mundo habla y que van a protagonizar la economía en los próximos años. Todo esto representa una oportunidad muy importante para modernizarnos, para hacer la economía más productiva, más sana, más amigable con el entorno, todo esto sin duda representa oportunidades muy importantes y un cambio hacia algo mejor de lo que ya tenemos”, analiza Arias.
Cara compleja
“Pero este proceso tiene su otra cara, una cara compleja y llena de contradicciones, entre otras cosas porque son muchas las transiciones, las transformaciones que van a avanzar simultáneamente, y no sé yo si son perfectamente compatibles entre sí o si existen posibles tensiones entre ellas”, continúa.
La llamada doble transición (digitalización y descarbonización) se presenta, pues, como una certeza que viene acompañada de multitud de incógnitas, las cuales desembocan en lo que Arias llama “incertidumbre radical”.
“Hay dudas sobre lo que pueda ocurrir con el grado de internacionalización de las economías, con la globalización. Creo que la globalización que venga va a ser bastante diferente a la de los últimos 30 años, con la aparición de elementos de segmentación, con un enfrentamiento económico importante entre EE.UU. y China, con conflictos importantes en torno a la tecnología de vanguardia. Todo esto va a ser difícil de digerir por los sistemas económicos”, explica.
Pero como el análisis de los autores no es estrictamente económico, sino también social, llaman la atención sobre “otra gran dinámica de cambio muy importante que vemos en los últimos años y que es el ‘fondo de malestar’ que existe en nuestra sociedad, una reacción social al contexto económico con proyección sobre la política, con fenómenos como el populismo o el trumpismo que no tienen pinta de ir a menos”.
Contrato social del principio
Según Arias, el origen de este ‘fondo de malestar’ es muy complejo y obedece a causas muy distintas, pero en todo caso “tiene mucho que ver con la desigualdad rampante que ha progresado tanto en las últimas décadas”, de ahí la importancia de avanzar hacia ese nuevo contrato social del principio.
“Una de las conclusiones a las que llegamos en el libro es que si efectivamente la sociedad y la economía se transforman en unas más digitales y más verdes, pero quedan para el disfrute de ciertas elites, podría ser letal”, reflexiona este catedrático de Política Económica.
“Hay que reducir drásticamente los niveles de desigualdad”, añade, aunque la fórmula, para estos dos autores, no es la puramente redistributiva, sino que “habría que ir a la fuente”, a la formación, cuyos desequilibrios son una fuente importante de desigualdades, y también a los salarios.
Además de la desigualdad, señalan los autores ya en el prólogo de su libro que el capitalismo contemporáneo presenta aspectos muy disfuncionales: empresas que atienden al único principio de maximizar el valor para sus accionistas, cortoplacismo, dimensión excesiva de las finanzas, competencia seriamente debilitada, daño medioambiental, tendencia a la baja del crecimiento o gobiernos con las alas cortadas por los mercados que complican cada vez más la difícil relación entre economía y democracia.
Robotización
Todas estas realidades, unidas a la tecnificación, la robotización, la digitalización que se avecinan, “pueden provocar shocks muy importantes que hay que prever”, algunos de los cuales ya están aquí, asegura Arias, que no oculta que han generado cierto clima de nihilismo.
“Mucha gente ve todo esto con gran pesimismo. Vamos hacia un desastre, dicen, pero no necesariamente ha de ser así, aunque necesitamos una actitud proactiva”, añade. Y esa es la cuestión a resolver: “un conjunto de transformaciones que va a ser difícil domarlas todas, porque van a interactuar entre sí”, pero ante las que hay que actuar para convertirlas en una verdadera oportunidad de cambio.
Arias señala, por ejemplo, que “la propia pandemia ha puesto en marcha innovaciones importantes en política como los Erte, un mecanismo adoptado en muchos países para hacer frente a situaciones nuevas”, lo que da idea de la adaptabilidad del sistema.
Cambio técnico y productivo
«La idea es innovar, no estar solamente atentos a esta dinámica de cambio técnico y productivo sino también a las consecuencias sociales”, y viceversa: “que no actuemos en función únicamente de cálculos estrictamente sociales, sino en términos económico sociales”.
Por eso, los autores de este ensayo se preguntan si estamos ante un momento de transformación económica que, aprovechando las corrientes de fondo, logre un nuevo equilibrio entre los mercados, el Estado y la comunidad que traiga prosperidad inclusiva, además de qué ideas y políticas pueden orientar las tendencias autónomas del cambio técnico hacia un nuevo contrato social que permita una reconciliación de capitalismo, progreso social y democracia liberal.
‘Laberintos de prosperidad’ viene encabezado por dos versos del poeta alemán Friedrich Hölderlin que tal vez resuman mejor que todo lo anterior lo que este ensayo guarda entre sus tapas: “Mas donde hay peligro, crece / también lo salvador”.