Antía Varela tiene 30 años, compartió 6 años de relación con un hombre que comenzó tratándola «como si fuera una diosa», pero el culto duró un año, los 5 restantes fueron el martirio. Ella prefería que le pegase: «El dolor físico cura a corto plazo, la violencia emocional engendra heridas que se abren y se hacen más profundas con el paso del tiempo. Hace falta toda una vida para que cicatricen». No dudó en unirse a la marcha.
El 25N conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y este año Galicia es la Comunidad Autónoma con más representación, las concentraciones tuvieron lugar en 15 ciudades y municipios. Vigo reunió a unas 1.500 personas, según las estimaciones de la policía local. El punto de encuentro fue el cruce entre las calles de Urzaiz y Vía Norte, la marcha se convocó a las 20:00 horas, pero una hora antes ya comenzaron a llegar los primeros grupos.
Feminismo unitario encabezaba una manifestación en la que su portavoz declaró que el asesinato es la punta de un iceberg que se nutre de agresiones diarias que resultan invisibles.
«Queremos ser iguais»
Hizo hincapié en los micromachismos, la desigualdad salarial y de oportunidades en el mundo laboral: «Queremos ser iguais e eso comeza na educación dos cativos, queremos que non nos discriminen nos nosos postos de traballo, onde as mulleres escasean nos postos de responsabilidade, ocorre no mesmo hospital Álvaro Cunqueiro, onde hai moitas mulleres traballando pero o xefe, casualmente é un home».
Durante la marcha se recordó a Mónica Marcos, asesinada el pasado 16 de septiembre por su expareja, J.G. Una de las denuncias de los colectivos como feminismo unitario es, precisamente, que salgan a la luz todos los datos de la víctima y su entorno y solo las iniciales del criminal.
Entre las mujeres de toda edad, clase y condición había hombres, pero eran una minoría. Antonio se unió a la marcha por una igualdad «que nos beneficia a todos, también a los hombres» y, aunque había representación masculina, la consideró insuficiente. En un momento determinado, llamó la atención una joven que se retiró emocionada al verse incapaz de contener las lágrimas. Pero la reivindicación, el ruido y la llamada a la rebeldía dominaron el ambiente.
Calado del machismo entre los jóvenes
La manifestación atravesó la espina dorsal de Urzáiz y Policarpo Sanz hasta la icónica Farola, donde se leyó un manifiesto que hizo hincapié en la preocupación por el «calado del machismo en paralelo al discurso fascista en la gente más jóven». «Actualmente 1 de cada 5 mozos de entre 15 e 29 anos considera que a violencia de xénero non existe, case o duplo que en 2019».
Se indicó que la violencia de género se acentúa en las mujeres de menos recursos y en riesgo de exclusión social: «Por un lado a falta de autonomía económica dificulta a saída da situación de violencia e ao mesmo tempo, sufrir violencia de xénero é un dos factores que poden levar ás mulleres a situacións de pobreza e de exclusión social».
Señalaron la educación como única herramienta para acabar con el machismo y en este contexto enviaron un mensaje de apoyo ”ás compañeiras ex-alumnas do colexio Labor que alzaron a voz nas rúas contra o exdiretor e reclamamos a retirada do premio a vigués distinguido ao colexio. A pederastia e a falta de apoio ás víctimas non debe levar premio”.
Justicia inclusiva
Se reclamó una justicia inclusiva en la que tengan cabida las mujeres migrantes, que por miedo a ser deportadas no se atreven a denunciar a sus maltratadores: «É fundamental que a xustiza deixe de estar capitaneada por persoas que a única venda que teñen nos ollos é a da perspectiva de xénero», momento en el que celebraron el indulto a Juana Rivas.
Por último, se reprochó a las instituciones la falta de recursos sociales en pro del despliegue navideño: «Esiximos que nunca máis un 25 de novembro a cidade de Vigo sexa unha festa! Dende que o nadal vigués se convertiu nun absurdo desborde de ostentación e derroche de recursos -que ben se podían empregar para causas mais importantes e urxentes como as que acabamos de relatar-, os actos no día internacional contra a violencia machista vense afogados, humillados e soterrados baixo millóns de luces led. Non queremos que se acheguen a nós para sacar a foto e instrumentalizar o discurso», sentenció.
Los últimos datos publicados por el Ministerio de Interior indican que el número de mujeres asesinadas en España en 2021 asciende a 37 hasta el pasado 8 de noviembre, 17 de ellas convivían con sus asesinos y los otros 20 crímenes se saldaron a manos de sus exparejas. Ocho de las víctimas mortales habían denunciado a quienes acabarían con su vida.