El escritor pontevedrés Alexander Vórtice presenta este viernes en su ciudad un nuevo libro, el noveno de su carrera, que define como «un poemario antisistema» y «un viaje a través de más de 30 años de escritura». Poeta veterano, novelista y colaborador en diversos medios escritos, ha tenido la deferencia de contestar a las preguntas de VIGOÉ.
-Muchas gracias por atendernos, Alexander. ¿Qué puedes contarnos sobre Diagnóstico interior y qué lo diferencia de otras obras tuyas?
-Este poemario es una oda hacia el «yo interior»; es una especie de catarsis propia y ajena. Tal vez el libro más vinculado con la crítica social que he escrito hasta el momento, donde evalúo mi interior y el interior de las personas que me rodean.
-¿Cómo nació el impulso para escribirlo? ¿Proviene de una época concreta de tu vida, de unas circunstancias o de unas inquietudes? ¿O fue una reacción a algo externo?
-Es más bien una reacción a situaciones externas que nos afectan a todos y, a su vez, es una manera de diagnosticarme a mí mismo. El poeta debe ⸺creo⸺ estar en sintonía con las injusticias sociales y mejorar como persona en cada paso que da a lo largo de su vida.
-Hablas de los solitarios, de los defraudados con el paso del tiempo…
-Los poemas son bálsamos de agua viva para el que los sabe masticar y tragar… Hay mucho de soledad en la vida de un poeta, en la existencia de las personas que van a contracorriente. Este poemario es un homenaje, en cierto modo, a todas esas personas que se ven distintas y que padecen por serlo, por verse señaladas por gente que se cree «normal» o «normalizada».
-¿Cómo crees que ha afectado a esos solitarios la evolución de nuestra forma de vida?
-Creo que muchos somos los que estamos de acuerdo que algo malo está pasando en la sociedad occidental actual. Existe un grado de insatisfacción generalizado. Tendemos al individualismo, al egoísmo, a chatear en vez de estar cara a cara, por ejemplo, con la persona amada. La ética ha dado paso a la estética y eso puede ser el inicio de una especie de apocalipsis interno y externo.
-En tu libro también tratas asuntos como el pensamiento único y llegas a describir este mundo como «enfermo». ¿Tan crudo lo ves?
-Yo, al igual que Saramago, me considero un pesimista esperanzado. Hay un pensamiento único, eso es evidente. ¿De dónde surge y a quién conviene? Eso no lo sé. Lo que sí sé es que también hay esperanza, generaciones nuevas que se pueden ilusionar y mejorar el mundo donde residimos gracias a la palabra escrita.
-La presentación de Diagnóstico interior tendrá lugar este viernes en Pontevedra, ¿a qué hora y en qué lugar concreto? ¿Y quién te acompañará en un momento tan especial como este?
-Será este próximo 3 de diciembre en la Sala Nemonon. Estaré acompañado por el poeta y periodista Luis Boullosa y la periodista Ana López.
-Hablando de ti mismo, ¿cómo es tu poesía? ¿Qué puedes contar a nuestros lectores?
-Es una poesía anárquica, cáustica, sin ataduras… El que desee encontrarse con un «Buenos días, princesa» en mis versos, mejor que ni se aproxime a ellos. Escribo como escupo.
-Alternas prosa, verso y colaboraciones periodísticas. ¿En cuál de esos terrenos te sientes más cómodo? ¿Te ves a ti mismo como un novelista que rima o un poeta que narra?
-Un poeta que narra me gusta. Es muy acertada esa definición.
-La portada del libro tiene mucho que ver con tu pasado, en concreto con un hecho muy significativo que marcó tu vida y diría que también tu carrera literaria, ¿no es así?
-La portada significa «vida» para mí. Por gracia o por desgracia he nacido con un corazón ⸺físicamente hablando⸺ más grande de lo normal, de eso va también este libro. Y no es que sea, en términos médicos, algo positivo para el que posee un órgano así.
-Cambiando un poco de tema: con tantas obras en las estanterías, ¿qué opinión tienes del mercado editorial? ¿Qué les dirías a los jóvenes que quieran ponerse a escribir hoy en día?
-El mercado editorial está agotado porque hay mucha poesía y muy pocos poetas, al igual que hay mucha gente y pocas personas…
A los jóvenes poetas y poetisas les recomiendo que utilicen la poesía como arma arrojadiza, como cóctel molotov… Si la poesía no expone las cosas que hay que cambiar en esta sociedad para que todos estemos mejor y seamos más equitativos, es mejor que no escribas ni una sola palabra.
-¿Y qué le dirías al joven Alexander que quiso ponerse a escribir una vez, tal vez hace quince o veinte años? ¿Cambiarías alguna de tus decisiones en este tiempo?
-Me arrepiento de varias cosas, sobre todo de haber perdido el tiempo en circunstancias que no valían la pena. El tiempo es el verdadero oro. Al joven Alexander sólo le diría que siguiera dándole duro a la máquina de escribir, con más fuerza si cabe.
-¿Cómo ves tu propio futuro? ¿Tienes planes para nuevos escritos? ¿Y seguirás diversificándolos de la misma manera?
-Este poemario supone un parón para mí a la hora de mostrar mis escritos. Es tiempo de reflexionar y leer más que editar. No es fundamental para mí continuar publicando, pero sí lo es continuar escribiendo, como terapia. Lo he hecho desde niño y así seguirá siendo hasta el final de mis días.
-Muchísimas gracias por tus respuestas. No queremos robarte más tiempo, que seguro que tendrás mil cosas que preparar para el evento del viernes. Desde VIGOÉ te deseamos todo el éxito para este libro, que estamos convencidos de que lo tendrá. Pero, incluso más importante que eso, creemos que es un texto que tocará determinadas fibras sensibles en los lectores. Muchos se sentirán identificados y se removerán inquietos con tus poesías, y eso lo hará más especial aún para todos ellos. Muchas gracias por haberlo escrito.