La borrasca «Barra» azotó durante toda la jornada de este miércoles la costa gallega y obligó a un gran número de buque a buscar refugio, tanto en las Rías Baixas como en las Altas. A última hora de la tarde un total de 32 barcos se encontraban fondeados al abrigo de las rías a la espera de que una mejora del tiempo que les permita reemprender su travesía.
En el fondeadero de las Cíes, en la ría de Vigo, se encontraban un total de diez barcos; al amparo de Ons, otros ocho; y en Fisterra, en la ría de Corcubión, cinco más. Ya en las Rías Altas, en Ares también fondearon nueve buques. De esta forma los refugios naturales de Galicia, sus rías, se encuentra con una alta ocupación debido a las malas condiciones existentes en la costa.
Esta situación contrasta, una vez más, con el denominado puerto refugio de Langosteira, a donde este mismo miércoles no se había desviado ningún barco en busca de abrigo. Las únicas embarcaciones estos muelles eran el remolcador «Sertosa 32» y la draga «Omvac Siete». Así, la infraestructura que ya ha costado una inversión de 1.000 millones, y que fue concebida a raíz del accidente del petrolero «Prestige», está vacía en pleno temporal.
Previsiones
En las últimas horas la boyas situadas en Langosteira y en A Guarda registraron olas con una altura máxima de entre 5,5 y 6,5 metros. La situación, con alerta naranja activada ya este martes, se va a mantener al menos durante este jueves, 8 de diciembre.
A lo largo y ancho de toda la costa gallega, desde A Mariña lucense hasta la desembocadura del río Miño, se espera mar combinada del noroeste de a 6 a 8 metros, disminuyendo a 5 a 6 metros. También habrá rachas muy fuertes de viento, con intervalos del noroeste de fuerza 8 al norte de Cabo Prior. La situación mejorará el viernes, cuando se espera que la alerta pueda descender a nivel amarillo, con olas de 4 a 5 metros y vientos de fuerza 7.