Renfe aspira a pasar de una cuota del 20% en Galicia al 50%, con lo que quitaría al avión (que ahora tiene un 80%) 30 puntos de cuota con la llegada de la alta velocidad a esa comunidad, el próximo día 21. El presidente de la compañía pública, Isaías Táboas, ha explicado que ese es el reparto actual de cuota si se compara solo tren y avión, y a la que Renfe quiere dar la vuelta hasta equiparar ambos modos con la introducción de la alta velocidad.
Táboas ha admitido, en un acto en Madrid para celebrar la llegada del AVE a Galicia, que los diferentes anchos de vía de momento no van a permitir que los tiempos de viaje sean “los que nos gustaría”. Además, ha avanzado que la alta velocidad de bajo coste, su tren AVLO, llegará a Galicia, aunque no ha precisado la fecha.
Del mismo modo, ha aprovechado la ocasión para explicar que este servicio está teniendo unas ocupaciones, tanto para Renfe como para la competencia (los franceses de Ouigo) del 95%, lo que confirma que es un servicio que tiene “su razón de ser”.
Al tiempo, la secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera, ha señalado que Galicia “también formará parte de la liberalización ferroviaria”, porque hay empresas interesadas en ofrecer servicios de bajo coste entre Madrid y Galicia, línea que inaugurará el AVE el próximo día 21.
Con la puesta en marcha de la alta velocidad, Renfe incrementará sus frecuencias con esa comunidad en un 8% y espera mejorar su cuota que, si se toman como referencia todos los modos de transporte, apenas llega al 10% de los seis millones de viajeros al año.
El presidente de la compañía ferroviaria pública ha defendido que esta nueva oferta permitirá modular la fuerte estacionalidad en las relaciones con Galicia, que concentra el tráfico ferroviario en vacaciones y fines de semana. Aspira igualmente a mejorar la cuota de mercado en viajes de negocios (actualmente en el 11 %) en ese recorrido, para poder colocarse en niveles semejantes a los de otras capitales, como Barcelona, Valencia o Andalucía.
La presidenta de la Asociación Nacional de Constructores de Infraestructuras (ANCI), Concha Santos, ha destacado la dificultad técnica de esta obra del AVE a Galicia, por su complicada orografía, con 440 kilómetros, 38 viaductos y 31 túneles.
Estas dificultades -con cuatro de los túneles más largos de Europa y las estructuras “singulares” como los viaductos, túneles de doble tubo y los métodos constructivos- justifican el alto coste de la obra, que ha sumado unos 9.000 millones de euros cofinanciados con la Unión Europea.
El vicepresidente primero de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, ha pedido a Renfe que siga mejorando la red interna de la comunidad y ha criticado que las ciudades del norte de Galicia son “las grandes olvidadas” no solo en alta velocidad sino en conexiones ferroviarias con el exterior.
El AVE a Galicia comenzará a operar con pasajeros el próximo 21 de diciembre, con tiempos de 2:15 horas entre Madrid y Ourense; 4:16 horas entre Vigo y Madrid; Pontevedra-Madrid, 4 horas; Santiago-Madrid, 3:20 horas; A Coruña-Madrid, 3:51 horas, y Lugo-Madrid, 4:46 horas.
La infraestructura cambia el ancho de vía a partir de Ourense y por eso los trenes circularán más despacio en una primera fase, pero en una segunda fase podrán ir más rápido y reducirán los tiempos en otros 20 minutos, con la puesta en servicio de los trenes más modernos de la compañía y con ancho variable, la serie 106 de Talgo, conocidos como Avril, que permitirán velocidades de 330 km/h.
También aumenta los servicios diarios por sentido: Ourense, Santiago y A Coruña verán incrementada la oferta de 6 a 10 trenes; Vigo duplicará su oferta actual, hasta 8 servicios diarios por sentido; los servicios a Pontevedra pasarán de 5 a 7, y Lugo gana un nuevo servicio diario por sentido, pasando de 3 a 4.