La Nochevieja de Vigo de 2021 se celebró dos días antes. Rúa Areal de Vigo a las 23:30 horas de este 29 de diciembre. Una enorme hilera de personas, en su mayoría adolescentes, espera para entrar en una discoteca. Trajes de fiesta, corbatas y también alguna pajarita delatan que se trata de una noche especial. Los jóvenes, en su gran mayoría dieicochoañeros, esperan su turno para entrar en Ferré, uno de los locales que anunció horas antes en sus redes sociales una despedida de 2021 «antes de lo que nos gustaría».
Un responsable del local insiste en que «es una noche más, no hay nada diferente» mientras en la cola ya se celebra el Año Nuevo como si fuese 31 de diciembre. El anuncio de la Xunta de Galicia sobre la limitación del horario para el ocio nocturno y el «toque de no queda» provocó un cambio de planes sustancial. Varios establecimientos avanzaron que adelantaban la celebración dos días. El aviso del Gobierno gallego sobre la posibilidad de perder las subvenciones ofrecidas hizo que alguno cambiase de plan.
Las entradas para esta Nochevieja de 2021 en Vigo rondaban, según los diferentes locales de la zona, entre 60 y 80 euros, pero el dinero será devuelto al no poder celebrarse. Esta noche cobran 7 euros en la puerta y la revisión de las medidas, tanto certificado de vacunación como DNI físico, es muy estricta. «A mí no me han dejado entrar», asegura un joven antes de reconocer que tiene 17 años, por lo que no puede acceder.
«Somos jóvenes»
Otra chica asegura que «no me parece normal, somos jóvenes y tenemos que divertirnos, no va a haber ninguna diferencia entre hoy y cualquier otro día«. Es una de las jóvenes que está en la cola, de 18 años, y expresa el sentimiento generalizado de sus amigos. Con el paso de los minutos la fila y el tiempo de espera se hace más larga. Sobre la 1 de la madrugada varias patrullas de la Policía Local acuden para comprobar que el local tiene todo en regla y se afanan en conseguir que los adolescentes se coloquen la mascarilla.
A pocos metros de allí, en la calle Luis Taboada, otra intervención policial provoca el cierre de un establecimiento hostelero. Su licencia es de restaurante, por lo que ya debería haber bajado la persiana al no poder funcionar como local de ocio nocturno. Los agentes explican al propietario que excedía el aforo y que la concentración de CO2 indica que debería haber menos gente o más ventilado.
Calle Pontevedra
Discotecas como Tokyo, que sirvió como prueba de ocio nocturno el pasado verano, decidieron finalmente no abrir. Este martes había anunciado «la última fiesta del año», con precios de entrada de 7 euros para mayores de 21 años. El cotillón se suspendió y la calle Pontevedra, zona habitual de bullicio durante las noches viguesas, era un desierto. En la misma zona otros locales como el One o el Twenty también permanecen abiertos, aunque con menor afluencia que Ferré.
Churruca, otro de los puntos nocturnos de fiesta, también congrega a decenas de personas. Con un ambiente muy diferente al de Areal, en este caso abundan más los pubs que las discotecas. Cerca de las 2 de la madrugada todavía permanece un buen número de personas en la calle, aunque se nota que ya comienza a reducirse su presencia.
Patrullas de la Policía Local y Nacional trabajaron durante toda la madrugada de este miércoles en el centro de la ciudad en lo que fue una Nochevieja adelantada.