La Guardia Civil ha cerrado la operación ‘Agida’, con la que ha desarticulado una organización criminal dedicada a la venta de cupones que figuraban a nombre de una falsa organización de ayuda a personas con discapacidad. La intervención, llevada a cabo por efectivos del Equipo de Policía Judicial de Vigo, se ha saldado con la detención de tres personas, la imputación de otras ocho y la localización de un bajo en Moaña en el que se imprimían los boletos.
A estas personas, entre las que figuran los principales responsables del entramado delictivo, se les acusa de los delitos de contrabando, asociación ilícita, estafa, pertenencia a grupo criminal, blanqueo de capitales y contra los derechos de los trabajadores.
Los antecedentes de esta operación se remontan a noviembre de 2020, cuando la Guardia Civil y la Policía Local de Nigrán se incautaron de una serie de cupones falsos, muy similares a los de la ONCE, que ofrecían premios de hasta 30.000 euros. A raíz de las primeras indagaciones, ya se pudo averiguar que estos cupones figuraban a nombre de una supuesta asociación benéfica de ayuda a personas con discapacidad y que los teléfonos y medios de contacto para cobrar los premios “no eran más que una pantalla para ocultar a los verdaderos emisores de estos boletos de lotería ilegal”.
Al constatar que existía una red de vendedores con discapacidades en diferentes localidades de la provincia de Pontevedra y, tras comprobar que todos los cupones habían sido impresos con los mismos medios técnicos, se pudo evidenciar la presencia de una infraestructura y una red de distribución organizada.
Partiendo de estas premisas, se llevó a cabo una investigación tutelada por el Juzgado de Instrucción número 6 de Vigo para identificar a los presuntos responsables. De este modo, a lo largo de varios meses, los agentes fueron reuniendo información relativa a las relaciones entre los vendedores a pie de calle (que trabajan sin contrato ni protección social por una comisión mínima) y los distribuidores en una red similar a las de menudeo de drogas.
Asimismo, según la Guardia Civil, se pudo evidenciar que esta organización ha venido operando bajo diferentes denominaciones desde hace más de una década, no sólo en el ámbito gallego, sino también vinculada a otras organizaciones en el resto del territorio nacional, “ocasionando graves perjuicios a los vendedores legales de organizaciones como la ONCE”.
Durante las pesquisas, se identificaron las vías de distribución (principalmente camuflados en paquetería comercial), los cauces del flujo de dinero en efectivo (ya que evitaban a toda costa dejar rastro con depósitos o transacciones bancarios) y el lugar de fabricación.
Arrestos
Tras más de un año de investigación, el pasado miércoles, 2 de marzo, se procedió a la detención simultánea de las dos mujeres consideradas cabecillas de la organización, dos vecinas de Vigo de 73 y 49 años, y del responsable de la fabricación de los boletos, un hombre que tenía su infraestructura de impresión radicada en Moaña, también de 49 años.
Acto seguido, se completaron varios registros en domicilios y en la imprenta, donde los agentes se incautaron de una importante cantidad dispositivos informáticos utilizados para diseñar y maquetar los boletos. También se intervinieron 11.620 euros en efectivo, documentación relacionada con la contabilidad del juego ilegal y más de 300.000 cupones dispuestos para su venta. Estos boletos tenían importes de 1 y 2 euros y generarían en el mercado más de 360.000 euros. También se encontraron otros formatos de juegos ilegales, como casi 30.000 ‘rascas’.
Simultáneamente, se procedió a la investigación de otras ocho personas en diferentes puntos de Galicia, País Vasco, Extremadura y Andalucía por su participación, en diferentes grados, dentro de la organización investigada.
Fraude al consumidor
Tal y como explica la Guardia Civil, además de resultar una actividad nociva para los intereses de las instituciones públicas y de las organizaciones benéficas legalmente constituidas, las loterías ilegales suponen un claro exponente de las denominadas ‘estafas de caridad’. Estos timos se aprovechan de la buena voluntad del consumidor para “alimentar estructuras de corte mafioso que poco tienen que ver con la protección de colectivos vulnerables”.
La Benemérita recomienda que se compren los boletos o loterías a organizaciones registradas y autorizadas por las autoridades competentes para estar protegidos frente a fraudes e impago de premios, así como de evitar que la aportación realizada caiga en estas redes ilegales.