Tal y como había anunciado el miércoles el alcalde, Abel Caballero, este jueves comenzó en Balaídos la demolición del último trozo de grada de Marcador que queda en pie. Los trabajos se iniciaron ya por la mañana y, poco después del mediodía, el propio regidor visitó el estadio para comprobar en qué punto se encuentran las obras. A él le acompañó Carmela Silva, presidenta de la Deputación de Pontevedra, entidad que paga la reforma a partes iguales con el Concello de Vigo.
Las labores se prolongarán durante “7 u 8 días”, según ha informado Caballero, por lo que ese vestigio de la vieja curva de Marcador ya no estará presente en el próximo partido que se celebre en Balaídos (Celta-Betis, domingo 20 de marzo). El derribo de la bancada ha podido retomarse al haberse creado un nuevo espacio para acoger los transformadores eléctricos de los que depende la iluminación del campo, que ya han sido trasladados.
Paralelamente, las obras se centran en erigir la nueva grada con la instalación de pilotes que, en algunos casos, alcanzan los 22 metros de longitud. El alcalde ha puesto énfasis en la reutilización de los materiales de la antigua estructura, en atención a criterios medioambientales. Los restos se trituraron hasta generar 10.000 toneladas de residuos y, posteriormente, se reutilizaron “con todas las garantías” para reforzar el basamento.
Respecto a los plazos, Caballero ha defendido que “la previsión sigue siendo buena” y reiteró lo dicho el día anterior: el fin de la reforma está previsto ahora para “principios” de 2023. Según sostuvo, “estamos incluso adelantando un poco” el calendario a pesar de que la primera piedra se puso el 24 de marzo de 2021 y el periodo de ejecución anunciado asciende a 18 meses.
El alcalde también había informado este miércoles de que la empresa que lleva las obras, Copasa, se ha encontrado con algunos imprevistos. El alcalde aludió a la aparición de “restos de muros que no sabíamos que estaban” y que provocaron “desvíos de alguna canalización”. Además, lamentó que “las condiciones del subsuelo son las que son y por tanto hay que acondicionarse a eso”. Debido a ello, ha sido necesario introducir una “modificación técnica” en la obra. Caballero ha asegurado que el coste de la actuación no subirá “ni un solo céntimo” por este motivo.
El proyecto
La reforma tiene un coste de 15,4 millones de euros, que asumen a partes iguales el Concello de Vigo y la Deputación de Pontevedra. El nuevo aforo de la grada será 6.418 butacas (2.441 en Marcador Alto y 3.977 en Marcador Bajo). Se instalarán ocho ascensores a través de los cuales también se podrá acceder a las gradas de Tribuna y Río.
En el interior habrá locales para uso comercial, oficinas y zonas para servicios del estadio. Mientras, los aledaños serán humanizados y se creará una pequeña zona porticada sobre el vial exterior en el perímetro del estadio.