Dentro de poco muchas personas olvidarán que en este edificio existió un gran hospital, el “Xeral”. Su origen se remonta a la etapa franquista, a mediados del siglo XX. En aquella época y durante muchos años, fue conocido como “Residencia Sanitaria Almirante Vierna” y popularmente como “El Pirulí”, porque muchas personas se enriquecieron con la obra. Allí atendieron sanitariamente a miles de personas del sur de Galicia y nacieron miles de viguesas y vigueses.
Aquel hospital fue proyectado por Martín José Marcide y en su entrada principal tenía una gran escalinata de la que ahora sólo quedan testimonios fotográficos, porque las sucesivas remodelaciones se la llevaron por delante. Asimismo, el entorno más próximo fue cambiando considerablemente. Incluso hubo quien tuvo la feliz ocurrencia de cubrir su fachada con horrendos paneles de un color verde que quizá sirvieron para engordar la cartera de algún intermediario.
El edificio ha vuelto a lucir todo su esplendor, luego de las últimas transformaciones para convertirlo, junto con los edificios anexos, en “La Ciudad de la Justicia”. Pero conviene recordar que, según decían las autoridades, el “Xeral” se cerró porque estaba lleno de problemas estructurales, algunos de ellos de muy difícil solución. Con esos argumentos terminaron llevándose el hospital al “Álvaro Cunqueiro”, muy alejado del centro urbano.
Resulta curioso que todos aquellos grandes e inabordables problemas que argumentaban para convencer a la ciudadanía de la necesidad del cambio parecen haberse solucionado totalmente, por eso muchas personas están en el convencimiento de que a la ciudad de Vigo le han robado un gran hospital.
Ahora, aunque pendiente de los últimos detalles para la puesta en marcha de la “Ciudad de la Justicia”, el edificio y su conjunto circundante ya luce imponente gracias al brillante trabajo del arquitecto Alfonso Penelas.