Hace unas semanas comentábamos el abandono de la viguesa Praza da Independencia, que se encontraba en un estado deplorable. Sin embargo, hoy tenemos que alabar la diligencia y el esmero que han puesto los servicios municipales para corregir sus deterioros que abarcaban, fundamentalmente, aspectos de limpieza, de jardinería y de pavimentación.
Ahora, la Praza da Independencia luce esplendorosa y en unas condiciones propias del monumento que la preside y que facilitan el disfrute de miles de usuarios de todas las edades que allí se dan cita diariamente. Esta actuación municipal es una buena demostración de un Concello de Vigo que se muestra preocupado por la ciudad, por sus infraestructuras y por el beneficio de su ciudadanía, y bien merece el reconocimiento público.