El pasado 13 de enero publicábamos en VIGOÉ un artículo titulado “Atascos en la Panificadora”, en el que comentábamos diferentes razones por las que no sería fácil desarrollar ningún proyecto para el antiguo e histórico enclave de la fábrica de pan viguesa. Desgraciadamente, el tiempo nos ha dado la razón.
Se demuestra que el Concello no había ponderado todas las posibilidades ni había negociado con todos los implicados. Así fue, que los propietarios, en defensa de sus intereses, llevaron el asunto ante la justicia y ésta les dio la razón. Como vigués y como autor de aquel artículo de opinión me siento triste por la situación que pronosticaba, sobre todo por el gran esfuerzo que ha estado llevando al cabo el Concello durante años y que contaba, además, con la importante colaboración de la Zona Franca.
Espero y deseo, como la inmensa mayoría de la población viguesa, que se puedan corregir los enfoques erróneos, que se sigan buscando acuerdos entre todas las partes implicadas, y que el proyecto para la Panificadora pueda convertirse finalmente en una realidad que, sin duda, beneficiará a la ciudad de Vigo.