Cada vez son más los consumidores que se lo piensan dos veces a la hora de comprar una prenda y más allá del diseño o el precio, tienen en cuenta aspectos relacionados con una producción respetuosa con el medio ambiente pero también con todas aquellas personas que trabajan en la propia industria textil.
La moda sostenible está de moda porque el cliente así lo ha querido, pero no es fácil para las industrias textiles asumir los diversos criterios que les permitan poder poner una etiqueta así de exigente.
En términos generales, la moda sostenible englobaría un conjunto de prácticas en el diseño, confección y consumo de moda que son respetuosas no solo con el medioambiente sino con todas aquellas personas que trabajan en la propia industria. De ahí que la moda sostenible se interese por cuestiones como la reducción de las emisiones de CO2, la sobreproducción de prendas, la disminución de los niveles de contaminación, la acumulación de residuos textiles, el apoyo a la biodiversidad y el fomento de condiciones laborales justas y salarios dignos a sus trabajadores y trabajadoras
Conviene recordar que hay prendas cuyos procesos de producción son especialmente costosos para el medio ambiente, al menos si se siguen realizando como hasta ahora. Es el caso de la fabricación de un pantalón vaquero, que requiere entre 2.130 y 3.078 litros de agua, un consumo que está principalmente determinado por el impacto hídrico de su materia prima, el algodón. Y es que solo el cultivo de esta planta representa entre el 3% y el 4% del agua que se emplea en todo el mundo para cualquier uso. Los datos forman parte de una investigación llevada a cabo en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) con el apoyo de la Fundación Botín y su Observatorio del Agua.
Pero las marcas cada vez más apuestan por implementar procesos respetuosos con el planeta, mirando un poco más allá de la moda.
Es el caso de la enseña española Springfield, que puede presumir de haber asumido hace años los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas en la práctica de su actividad, con el consumo de energía de origen totalmente renovable para dar cobertura a 800 tiendas, así como a las instalaciones operativas.
La compañía también se compromete a garantizar el trabajo decente en toda su cadena de suministro, asegurando, a través del Código de Conducta externo, las medidas efectivas para erradicar el trabajo forzoso, la esclavitud y el tráfico humano. Se asegura el cumplimiento de unos requisitos laborales adecuados en la cadena de suministro a través del proceso de auditoría social de los proveedores y fábricas.
La empresa se ha unido al Fashion Pact, la coalición de la que forman parte las principales compañías de moda a nivel global comprometidos con objetivos ambientales comunes clave en la protección del clima, la biodiversidad y los océanos.
En este marco nace Icons collection, en colaboración con el jugador de fútbol Pedri.
Con esta colección la compañía quiere dirigirse a un público comprometido y preocupado por el planeta, que busca ser más responsable con el medio ambiente, más allá de su gusto por el deporte y la moda.
Springfield se ha comprometido a contribuir a la construcción de un futuro mejor con la producción de prendas cada vez más sostenibles, ya sea por el uso de materias primas orgánicas o recicladas o de tecnologías que permitan el ahorro de agua, energía y químicos en los procesos de acabado de las prendas.