El Estrecho de Gibraltar separa África de Europa en una franja de apenas 14 kilómetros. La frontera sur de la Unión Europea, entre Tarifa y la costa litoral del Monte Musa, no marca únicamente un límite territorial, sino que es la división entre dos estilos de vida totalmente diferentes: el del Magreb y el de la Europa Occidental.
Para muchos españoles Marruecos sigue siendo un país totalmente desconocido. En muchas partes de España lo único que se sabe del reino alauita es que cada verano, ya en 2022 se ha recuperado la Operación Paso del Estrecho tras dos años cerrada por la pandemia, decenas de miles de familias viajan hasta su país natal cruzando las carreteras españolas y cruzan desde Algeciras, Tarifa, Motril o Almería.
Con el objetivo de que no siga ese desinterés por la frontera sur, aquí van algunos datos interesantes sobre el vecino país africano, ese que siempre genera titulares por la presión migratoria, la agricultura más barata o la deslocalización de empresas.
¿Cómo viajar hasta Marruecos?
Un viaje a Marruecos desde España va a tener como protagonista el avión o el ferry. El medio de transporte elegido va a depender de los lugares a visitar y las ciudades de origen, desde dónde se viaja.
Si en la agenda solo está previsto visitar la zona norte del país, que es la región que tiene más vínculos con España por su pasado como protectorado español, hay quien decide viajar en ferry, especialmente cuando el punto de partida es Andalucía.
Desde otras regiones de España la mejor alternativa es el avión, ya que existe conexión aérea con varias ciudades muy relevantes en el país africano. Una de ellas es Marrakech, y de hecho la mayoría de viajeros que viajan por primera vez a Marruecos tienen su primera toma de contacto en esta ciudad.
¿Qué lugares son los más populares?
La Ciudad Roja, o Al Bahya, como también es conocida Marrakech, recibe esa denominación por el tono rojizo de muchos de sus edificios. Está considerada como la puerta al Sahara, lo que la convierte en un destino preferencial entre los turistas.
Lo bueno de esta ciudad es que, más allá de sus propios atractivos, la oferta de excursiones desde Marrakech es muy elevada, y van desde el desierto hasta las cascadas de Ouzoud pasando por Essaouira y Ouarzazate.
Marrakech es una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, junto a Fez, Rabat y Meknés. Todas ellas están reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y perderse en las calles de sus Medinas es una práctica obligada al visitar el país vecino.
El calificativo de ciudad imperial hace referencia a las cuatro capitales que históricamente ha tenido el reino alauita. Las cuatro están situadas en la margen atlántica del país, si así se puede decir, es decir, en la vertiente occidental de la cordillera del Atlas.
El Atlas es el principal sistema montañoso que atraviesa el norte de África. De las cuatro ciudades, solo Rabat está cerca de la costa, el resto son urbes de interior. Pero lejos de estas capitales, otro destino muy interesante es Chaouen.
Chefchaouen o Chaouen es la Ciudad Azul. Pasamos del rojo al azul y por el mismo motivo, la presencia dominante de este color en las casas y calles. Con una Medina de excepcional belleza, esta localidad es todo un paraíso para los amantes de la fotografía.
Para cerrar el círculo, volvemos al inicio, con Tánger y Tetuán, dos de las ciudades con mayor peso de cultura española en Marruecos. En ambas descubrirás que el español sigue siendo un idioma muy común, especialmente en las zonas más turísticas.
¿Qué puedes hacer en Marruecos?
Dejando a un lado las grandes ciudades, Marruecos es un destino que sorprende por su riqueza paisajística. En el Atlas, el Rif y el desierto del Sahara se dan cita espacios naturales de excepcional belleza, como las gargantas del Dadés y Todra, las citadas cascadas de Ouzoud o el Parque Nacional de Tazzeca. Este país cuenta con unos 30.000 kilómetros cuadrados declarados como parque nacional.
Y una curiosidad, en Marruecos se siguen explotando tres estaciones de esquí, las de Oukaimeden, Djebel Hebri y Michlifen. En Oukaimeden se puede esquiar a los pies de Toukbal, el punto más alto del Gran Atlas, con 4.164 metros de elevación sobre el nivel del mar.
Un país de contrastes que, además, tiene en la gastronomía otra carta ganadora para ofrecer al visitante. La cultura del té moruno, el cuscús, el cordero asado, el tajine de carne o pescado, la pastela y los dulces elaborados a partir de piñones, pistachos, almendras, dátiles y miel convencen hasta el más exquisito de los paladares.
Marruecos es un país increíble lleno de contrastes, todo un desconocido que, sin embargo, está prácticamente a tiro de piedra de España. Y si no, que se lo digan a los habitantes del Campo de Gibraltar, o a ceutíes y melillenses