De unos años a esta parte la ciudad de Vigo está descubriendo que una gran parte de su historia permanece enterrada bajo sus calles, plazas y edificios. El culpable de este entierro histórico ha sido el progreso, el crecimiento imparable y descontrolado de una ciudad que hace más de un siglo decidió tirar sus murallas para expandirse, exactamente en 1861.
Ahora, en pleno siglo XXI, cada vez que se escarba en cualquier parte aparecen vestigios. Ahí tenemos parte de ellos, en esta fotografía tomada al principio de la Rúa Carral en su confluencia con la Porta do Sol, en lo que era la salida del antiguo aparcamiento subterráneo. El descubrimiento de la antigua historia de la ciudad de Vigo se repite en muchos lugares de la ciudad, allá donde se escarba.
Aunque no todos los restos son de igual importancia, muchos ciudadanos se preguntan cuántos restos históricos de la ciudad de Vigo habrán quedado silenciados y ocultos para no retrasar obras o para evitar su paralización definitiva.